Una Asamblea Nacional Constituyente es una figura que tiene la Constitución Política para poder reformarla. El artículo 374 de la carta magna señala: “La Constitución Política podrá ser reformada por el Congreso, una asamblea constituyente o el pueblo mediante referendo”.
Para que esto sea una realidad, el Senado de la República y la Cámara de Representantes tiene que aprobar una ley para que los colombianos sean convocados a elecciones. De acuerdo con el Canal Constitucional, acto seguido deberá pasar a sanción presidencial y, posteriormente, el máximo mandatario de los colombianos deberá enviarla a la Corte Constitucional, tribunal que se encargará de definir su constitucionalidad.
Tras este proceso, los ciudadanos podrá salir a votar y decidir si el llamado a la Asamblea Nacional es justificado, en los tiempos y composición que haya definido el Congreso. Para esas votaciones, el tarjetón deberá tener las opciones de ‘sí’ y ‘no’. Asimismo, tiene que tener incluidos los temas que se abordarían en la Asamblea.
Para que la Asamblea sea aceptada, la tercera parte de los integrantes del censo electoral tiene que haber votado por el sí. Después de esto, se deberán realizar otras elecciones para escoger a las personas que integrarán la Constituyente, el número de curules es definido por la ley que apruebe el Congreso.
Una vez quede conformada la Asamblea Nacional Constituyente, la ley indica que “quedará en suspenso la facultad ordinaria del Congreso para reformar la Constitución durante el término señalado para que la Asamblea cumpla sus funciones”.
Cabe recordar que en 1991, Colombia convocó a una Asamblea Nacional Constituyente para realizar una nueva Constitución Política que finalmente remplazó la carta magna de 1886.
Las palabras de Petro desataron una gran controversia en el país y varios sectores políticos se mostraron en contra. Uno de ellos fue el excandidato presidencial Enrique Gómez, quien dijo: “Nos han tildado de exagerados, los tibios nos han llamado alarmistas de manera innecesaria y desde el centro de la política tradicional que hace parte del régimen de complicidades creen erradamente que podrán controlar al dictador. Es el primer canto para una Constituyente”.
Mientras tanto, el concejal de Bogotá, Daniel Briceño sostuvo: “El presidente Gustavo Petro, que juró respetar la Constitución de 1991, acaba de amenazar con ir a una Asamblea Nacional Constituyente si el Congreso no le aprueba sus malas reformas. Comienzan a fracturar la democracia”.
El exsecretario de Gobierno de Bogotá, Luis Ernesto Gómez, aseguró: “Si la gobernabilidad y el trámite de las reformas en el Congreso estaban difíciles, calculen ahora con el cuento de la Constituyente. Este gobierno va equivocación tras equivocación sepultando sus promesas de cambio. Solo palabras quedarán”.
El excomandante del Ejército Nacional Enrique Zapateiro manifestó: “La democracia se respeta, el pueblo en Colombia no habla a través de un dictador, el Congreso es la verdadera representación popular. No se puede gobernar dinamitando el Estado de derecho. No es serio ni responsable incitar a la violencia”.
Redacción R.S.
