Por: Francisco Santos
1 de noviembre de 2024
Lo cierto es que hoy López se vende como de centro derecha ante los empresarios cuando su historia política dice lo contrario.
El plan A de Gustavo Petro es quedarse en el poder, no les quepa la menor duda. Este personaje hace parte del mundo autocrático que nos quieren imponer con fachada democrática y cuyo objetivo principal es la consolidación de una cleptocracia mafiosa que destruye y se roba instituciones, corrompe la ley y destruye la separación de poderes.
Ese escenario tiene dos posibilidades. La primera es una constituyente impuesta con “protestas sociales” como las de 2021 que llevaron a Gustavo Petro al poder. No descarten este escenario, pues movilizar al ELN, a las Farc, a los narcos y a su primera línea –que es una mezcla de estos grupos ilegales con activistas radicales– para imponer este objetivo no es difícil. Si no tenemos un plan de reacción con ciudadanos listos a enfrentar pacíficamente estos grupos y evitar que paralicen el país, en menos de un año estaremos viviendo este desastre. La segunda posibilidad, de la que ya vimos un primer paso al cortarle 700.000 millones de presupuesto, es crear tal caos en el sistema electoral que no se den estas elecciones. Ese escenario no está planteado en la ley o la Constitución y en ese caos Petro puede quedarse mientras “ordena” el sistema electoral y hace unas nuevas elecciones en el tiempo que crea necesario y con las condiciones que imponga.
El plan B de Petro es Claudia López: tampoco se equivoquen. La exalcaldesa es una Claudia Sheinbaum en la sombra, que apenas necesite los votos del petrismo en la primera o, más importante aún, segunda vuelta, se entrega, lo que no es difícil dado el pasado de la exalcaldesa y su muy cercana relación con el hoy presidente Petro.
Sin embargo, antes de entrar a visibilizar esa cercanía histórica debemos mirar cómo puede ser esa jugada electoral en la que muchos empresarios que ya la apoyan van a caer. López se abrió del parche de Petro por razones tácticas, no estratégicas, pues en ese sentido ella está con el presidente, al ver que este perjudicaba sus aspiraciones presidenciales. Lo que esos empresarios no entienden es que hoy nosotros los llamados de ‘oposición’ somos el antisistema. Que no lo queramos entender para actuar en ese mismo sentido es otra cosa.
El plan A de Gustavo Petro es quedarse en el poder, no les quepa la menor duda. Este personaje hace parte del mundo autocrático que nos quieren imponer con fachada democrática y cuyo objetivo principal es la consolidación de una cleptocracia mafiosa que destruye y se roba instituciones, corrompe la ley y destruye la separación de poderes.
Ese escenario tiene dos posibilidades. La primera es una constituyente impuesta con “protestas sociales” como las de 2021 que llevaron a Gustavo Petro al poder. No descarten este escenario, pues movilizar al ELN, a las Farc, a los narcos y a su primera línea –que es una mezcla de estos grupos ilegales con activistas radicales– para imponer este objetivo no es difícil. Si no tenemos un plan de reacción con ciudadanos listos a enfrentar pacíficamente estos grupos y evitar que paralicen el país, en menos de un año estaremos viviendo este desastre. La segunda posibilidad, de la que ya vimos un primer paso al cortarle 700.000 millones de presupuesto, es crear tal caos en el sistema electoral que no se den estas elecciones. Ese escenario no está planteado en la ley o la Constitución y en ese caos Petro puede quedarse mientras “ordena” el sistema electoral y hace unas nuevas elecciones en el tiempo que crea necesario y con las condiciones que imponga.
El plan B de Petro es Claudia López: tampoco se equivoquen. La exalcaldesa es una Claudia Sheinbaum en la sombra, que apenas necesite los votos del petrismo en la primera o, más importante aún, segunda vuelta, se entrega, lo que no es difícil dado el pasado de la exalcaldesa y su muy cercana relación con el hoy presidente Petro.
Sin embargo, antes de entrar a visibilizar esa cercanía histórica debemos mirar cómo puede ser esa jugada electoral en la que muchos empresarios que ya la apoyan van a caer. López se abrió del parche de Petro por razones tácticas, no estratégicas, pues en ese sentido ella está con el presidente, al ver que este perjudicaba sus aspiraciones presidenciales. Lo que esos empresarios no entienden es que hoy nosotros los llamados de ‘oposición’ somos el antisistema. Que no lo queramos entender para actuar en ese mismo sentido es otra cosa.
Uno podría decir que López, como tantos colombianos, hizo parte de esa ilusión, cosa que está bien. La verdad es que esa relación tiene muchos años, muchas campañas conjuntas, muchos debates conjuntos y, sobre todo, tiene unos enemigos comunes desde hace décadas: el uribismo, la derecha y la centroderecha que se ponen bajo la misma cobija. Claro, Petro le dice a todo este sector del país nazis y paracos. Claudia no usa el término nazi, pero el otro sin duda, con algo más de sofisticación. Lo cierto es que hoy López se vende como de centro derecha ante los empresarios cuando su historia política dice lo contrario.
Petro quisiera mucho más al canciller Luis Gilberto Murillo, algo que comparte con el expresidente Santos, a María José Pizarro o a su fiel escudero Gustavo Bolívar, quien ya mostró su debilidad electoral en Bogotá. Sin embargo, lanzar un candidato propio desgastaría el Gobierno y la candidata bisagra que le funciona muy bien a Petro es Claudia López, quien además recoge votos en ese centro izquierda muy desilusionado con el presidente.
Es más, ya comenzó esa alianza con la defensa de Claudia López a Petro en el caso del CNE. A López le han aconsejado que no pelee más con quien la puede hacer elegir de presidente y ella obviamente ya comenzó a actuar en ese sentido.
¿López será la candidata del centro izquierda en una consulta que consolide el petrosantismo? Es muy posible, pues los candidatos de Santos, como el exgobernador de Antioquia Sergio Fajardo y su exministro Alejandro Gaviria, no muestran la fuerza necesaria, mientras los del Pacto Histórico nada que repuntan.
Lo cierto al final es que Claudia López es un lobo con disfraz de oveja. El paralelo con Claudia Sheinbaum y AMLO en México es hoy muy, pero muy relevante. Nos equivocamos y perdemos la democracia como hoy sucede en ese país.
Francisco Santos