Tras cumplir una condena por narcotráfico en Estados Unidos y ser deportado el pasado 23 de diciembre, Fabio Ochoa Vásquez, exlíder del Cartel de Medellín, fue visto nuevamente en la capital antioqueña. En imágenes difundidas por el Club Hípico El Rancho, el exnarcotraficante aparece montando a caballo, retomando una de las tradiciones más emblemáticas de su familia.
Ochoa, de 67 años, llegó a Colombia en un vuelo procedente de Estados Unidos, escoltado por agentes norteamericanos y entregado a Migración Colombia en Bogotá. Tras realizarse los trámites migratorios, se confirmó que no tenía cuentas pendientes con la justicia colombiana, lo que le permitió recuperar su libertad y reencontrarse con su familia en Medellín.
Las fotografías compartidas en redes sociales muestran a Ochoa sobre el caballo «Galán del Rancho F.C.», un tricampeón mundial de paso fino. El mensaje que acompaña las imágenes resalta la conexión histórica de los Ochoa con el mundo ecuestre: “El legendario caballista Fabio llegó a montarse en el legendario tricampeón mundial, hijo de una línea genética que crio hace décadas su padre, Fabio Ochoa Restrepo”.
Aunque su aparición pública generó diversas reacciones, no fue una sorpresa para quienes conocen el arraigo de los Ochoa al mundo equino. Sin embargo, contrasta con las declaraciones iniciales de su entorno, que sugerían que llevaría una vida discreta tras su regreso al país.
El retorno de Ochoa Vásquez no estuvo exento de análisis por parte de las autoridades. El director de la Policía Nacional, general William René Salamanca, señaló que se realizarían reuniones con representantes de Estados Unidos para evaluar la situación jurídica del exnarcotraficante. A pesar de los antecedentes, el proceso de deportación se concretó luego de cumplir su condena por trata de personas, conspiración y distribución de cocaína. Incluso se especuló sobre la posibilidad de nuevos cargos en su contra, pero estos no prosperaron.
Detenido en octubre de 1999 durante la Operación Milenio, extraditado en 2001 y condenado en 2003, Fabio Ochoa ahora escribe un nuevo capítulo en su controvertida historia. Su regreso será vigilado de cerca por las autoridades colombianas, quienes buscan prevenir cualquier posible actividad que pueda afectar la tranquilidad en el país.
