El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, presentó su renuncia “irrevocable” pocas horas después de que el presidente Gustavo Petro solicitara su dimisión, en medio del escándalo de corrupción que involucra a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). Bonilla aseguró que las finanzas del país se mantienen en buen estado y afirmó que enfrentará las acusaciones como ciudadano.
En su carta dirigida al presidente Petro, Bonilla expresó su respeto por el trabajo de la Fiscalía y subrayó que no usará su posición para defenderse:
«Ha llegado la hora de asumir mi defensa de manera independiente, para concentrarme en el proceso y evitar cualquier daño a la agenda pública del Gobierno», señaló.
El nombre del ministro se vio implicado tras las declaraciones de su exasesora, María Alejandra Benavides, quien lo vinculó con contratos por más de 92.000 millones de pesos para garantizar el respaldo de la Comisión de Crédito Público del Congreso. Según Bonilla, este escándalo deja lecciones sobre el diseño institucional de dicha comisión, cuyas dilaciones pueden prestarse a maniobras que comprometen al ministro de turno.
Nexos con Urrá y denuncias de contratación irregular
La jornada tomó un giro más complejo cuando se conocieron denuncias de Bonilla sobre presuntas injerencias de Ricardo Roa, presidente de Ecopetrol, y Nicolás Alcocer Petro, hijo de Verónica Alcocer, en la hidroeléctrica Urrá. Bonilla entregó a la Fiscalía documentos anónimos que señalan posibles irregularidades en los procesos licitatorios, en particular, la adjudicación del Parque Solar Urrá 19,9, retrasado dos años.
David Cerón, vinculado a Nicolás Alcocer Petro, habría presionado a directivos de Urrá para obtener contratos, mientras que la empresa Power China, socia de Luxim Ingeniería, estaría favorecida en adjudicaciones estatales.
Ricardo Roa negó cualquier implicación, pero reconoció que Bonilla actuó conforme a la ley:
«Cuando hay denuncias, corresponde trasladarlas a las autoridades competentes para su investigación», afirmó Roa.
Reacción del presidente Petro
Desde Montevideo, el presidente Petro elogió a Bonilla, pero reiteró su solicitud de renuncia para protegerlo de lo que calificó como ataques políticos:
«No porque crea que es culpable, sino porque lo quieren despedazar por su lealtad al programa de gobierno» afirmó en su cuenta de X.
Testimonios comprometedores
El escándalo tomó fuerza tras las declaraciones de Benavides, quien aseguró que Bonilla sabía y autorizaba todas las gestiones relacionadas con los contratos. En grabaciones conocidas por SEMANA, Benavides afirmó que Bonilla ofreció «cupos indicativos» a congresistas para asegurar apoyos financieros. Según ella, el entonces ministro gestionaba personalmente estos acuerdos con líderes de las comisiones económicas del Congreso.
Bonilla concluyó su carta destacando la estabilidad fiscal del país y deseó que el gobierno del cambio consolide una Colombia más inclusiva. Su salida marca un capítulo crucial en la crisis política y de corrupción que enfrenta el Gobierno de Petro.


