Carlos Gustavo Cano, quien por varios años fue el representante de los accionistas minoritarios en la Junta Directiva de Ecopetrol, ratifica que se rompió el gobierno corporativo y que “la junta debería sacar a Ricardo Roa”.
SEMANA: ¿Cuál es la lectura de lo que está pasando en Ecopetrol tras varios hitos recientes, como la declinación de un nuevo negocio en el Permian, el pronunciamiento de JP Morgan y de BTG sobre el ADR, y los cargos del CNE al presidente de la compañía, Ricardo Roa?
CARLOS GUSTAVO CANO: Es un derrumbe anunciado desde mucho antes, desde que se rompió el gobierno corporativo de Ecopetrol, desde que se violó el acuerdo con la Ocde para que no estuvieran representantes del Gobierno en las juntas directivas de las empresas estatales. Eso se violó con el señor Gonzalo Hernández siendo viceministro de Hacienda y con el señor Edwin Palma siendo viceministro de Trabajo. Todas las decisiones se toman en la Casa de Nariño. La junta directiva quedó inútil, sin piso, inexistente como parte del gobierno corporativo.Pero ahora viene un adorno que me parece vulgar, triste, escandaloso: el respaldo por unanimidad de la junta directiva a Roa. Eso es una vergüenza internacional. Es la empresa emblemática de Colombia listada en la Bolsa de Nueva York
¿Qué pasa con la junta de Ecopetrol?
C.C.: Una junta directiva que no es directora, sino vergonzante, entregada y amorcillada. Atrapada en el síndrome del plato de lentejas servido por Esaú, quien vendió su primogenitura por un plato de lentejas, y Jacob, el símbolo de la tiranía que nos somete, finalmente se hizo dueño de la primogenitura. O sea, del Estado. Junta cómplice y culpable.
