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Velásquez quiere ser vice-fiscal, por eso apoya a Luz Adriana Camargo

El rumor está extendido en la Corte Suprema, entre abogados penalistas, líderes gremiales, y políticos. La versión que dieron siete fuentes bien informadas a La Silla Vacía es la misma: que Iván Velázquez, el actual ministro de Defensa, quiere llegar a la Fiscalía en un cargo directivo nombrado por una de las mujeres que el presidente Gustavo Petro ternó para llegar a la Fiscalía General.

“La versión que circula en la Corte es que quiere apoderarse de la Fiscalía”, dice Fabio Humar, exfiscal y abogado penalista, “y está rondando a una de las candidatas”, agrega, en referencia a Luz Adriana Camargo. Las demás personas coincidieron en el nombre de Camargo, y pidieron reserva de su nombre por su cercanía a la Corte Suprema, donde los magistrados deben elegir entre las tres candidatas del presidente Petro. Dos de esas fuentes, afirman que Velásquez ha enviado mensajes a algunos magistrados impulsando el nombre de Camargo, una persona con la que ha trabajado antes.  

Se trata de un rumor ante el que Velásquez, quien fue magistrado auxiliar de la Corte, no se quiso referir. Consultado a través de su jefe de prensa, afirmó que: “no es un tema de él y no va a referirse sobre el mismo”.

Como sea, la versión ya está teniendo un impacto en la campaña de las tres ternadas, donde están también Ángela María Buitrago y Amelia Pérez. Camargo llegó a la terna tarde, luego de un cambio que hizo Petro a la lista de solo mujeres que ya había enviado a la Corte. La sola posibilidad de que Velásquez llegue de su mano la está alejando de la preferencia de varios de los magistrados de la alta Corte. 

La historia antagónica de Velásquez con la Corte

Velásquez fue magistrado auxiliar en la Corte Suprema de Justicia antes de ser ministro de Defensa de Petro. Entró al Tribunal en el 2000 luego de que Álvaro Orlando Pérez lo nombrara en su despacho y a la unidad especial de investigación de la parapolítica en 2006. Su notoriedad empezó al interior de la unidad investigativa porque se convirtió en un abanderado de la lucha contra la parapolítica. A raíz de su éxito fue perseguido por el DAS, durante el gobierno de Álvaro Uribe, chuzado y enlodado por el paramilitar “Tasmania” en 2007. 

Pero adentro de la Corte tuvo una relación difícil con sus colegas, tanto magistrados como magistrados auxiliares, los asistentes principales que tiene cada uno de los 23 jueces de la Corte Suprema. 

Velásquez solía aceptar las victorias de la unidad como propias y rara vez le daba protagonismo a la sala Penal. Una fuente que vivió de cerca esa época en la Corte dijo que su exceso de protagonismo “creó un bando paralelo en la Corte Suprema de Justicia”. De ahí que lo castigaran cuando buscó aspirar a la magistratura tiempo después y bloquearan su elección. 

La persecución estatal en su contra, por la que años después el gobierno de Iván Duque tuvo que pedirle perdón en nombre del Estado, llevó a Velásquez a alejarse del país. 

Pero años después terminó de romper sus relaciones con la Corte Suprema, y con sus miembros actuales, cuando intentó tumbar el nombramiento de siete magistrados en 2020. Ese año llegaron al Consejo de Estado dos demandas pidiendo anular la elección de los togados por haberse aprobado sin los votos necesarios. Una de ellas, la presentó Velásquez apoyado por varios académicos.

Todo ocurrió luego de que quedaran siete vacantes vacías en la Corte y una a punto de ser entregada. Eso dejó la Corte con 16 magistrados, el número exacto que según el reglamento, se requiere para que exista mayoría. Es decir, para elegir al fiscal y a los togados que llenarían los cupos, debía darse unanimidad para cumplir con el reglamento. A raíz de la imposibilidad de la unanimidad y del riesgo de quedar con 15 magistrados, la Corte resolvió interpretar el reglamento de tal manera que se requiriera ⅔ partes de los 16 integrantes.

Con mínimo 12 votos fueron elegidos los siete magistrados y el Consejo de Estado dio el aval de que así se hiciera. De haber logrado Velásquez la salida de los 7 magistrados, el entonces presidente Iván Duque habría tenido que declarar un Estado de Conmoción Interior y expedir un decreto modificando las reglas de quórum para las elecciones. Ese intento de jaque en la Corte Suprema cayó mal a quienes tuvieron su elección en vilo.

El “jefe de campaña” de Camargo

Dentro del petrismo Velásquez ha sido promovido como un fiscal ideal. Petro mismo dijo en 2018 que él lo hubiera ternado para la Fiscalía. Sin embargo, siendo presidente no lo hizo. Es un candidato débil para ganar una mayoría dentro de la Sala Plena de la Corte Suprema. Por eso tiene sentido que, si realmente quiere llegar a la Fiscalía, lo haga por intermedio de una de las ternadas. 

Y la más cercana es sin duda Camargo. Desde 2007 trabajó con Velásquez en la investigación contra la parapolítica, mientras ambos eran magistrados auxiliares de la Sala Penal. Más adelante, cuando Velásquez lideró la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) Camargo se desempeñó como jefe del Departamento de Investigación y Litigio. 

Dos fuentes le dijeron a La Silla que Velásquez, a través de intermediarios, ha impulsado el nombre de Camargo entre magistrados afines. “Es su jefe de campaña”, le dijo a La Silla una fuente que está en contacto con los magistrados. Pero esa campaña, y la idea de que con Camargo podría volver el justiciero de la parapolítica a la Fiscalía, “le está pesando en contra”, agregó la persona. Para ser fiscal, se necesitan 16 votos a favor y con siete menos, enemistados por la demanda de Velásquez, la batalla por la Fiscalía es más difícil. 

La Silla Vacía contactó a Camargo y no obtuvo respuesta antes de la publicación de esta historia. 

La versión de seis fuentes es que Velásquez quiere llegar a ser vicefiscal, un cargo que cuenta con fuero y solo puede ser investigado por la Comisión de Acusaciones de la Cámara. Para Fabio Humar el puesto sería otro. “Me parece difícil que vaya para la vicefiscalía porque es un puesto muy visible con un mango muy corto”. “Hay muchos otros cargos que tienen mucho más poder y son menos visibles como la dirección nacional o el CTI”, dijo.

La Sala Plena de la Corte citó a las tres candidatas el 23 de noviembre para escucharlas en la primera entrevista. La decisión de la elección arranca a discutirse desde el 7 de diciembre, aunque podría alargarse hasta el 2023. Pero desde ya, el fantasma de Velásquez está haciendo que los nombres de Buitrago y Pérez lleguen con más independencia.

Redacción LA SILLA VACIA.

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