Además de su alta magnitud (7,8 en la escala Richter), el terremoto fue superficial respecto de la corteza terrestre: Sólo a 23 km de profundidad. Igualmente, hubo dos réplicas de 7,5 y 7,6 que en la práctica fueron dos nuevos terremotos. A su vez, a la hora del terremoto miles de personas se encontraban durmiendo en sus casas, por lo cual no tuvieron tiempo para reaccionar.
De otro lado, las condiciones climáticas de las zonas afectadas no han ayudado ni a los grupos de rescate ni a las víctimas que intentan salir de entre los escombros por sus propios medios. El frío y las lluvias son constantes.
La solidaridad mundial no se ha hecho esperar: Estados Unidos, la Comunidad Europea, Arabia Saudita, México y Canadá entre otras naciones, están movilizando miles de toneladas de ayudas representadas en frazadas, alimentos, agua, medicamentos, elementos de aseo personal y brigadas médicas.