Tel Aviv, 2 de octubre de 2024 – La situación en Oriente Medio se ha intensificado aún más tras un ataque masivo de misiles lanzado por Irán sobre Israel, en lo que se considera una represalia directa por el asesinato del líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, y del subcomandante iraní, Abbas Nilforoushan. El ataque, que dejó decenas de heridos y causó graves daños en Tel Aviv, ha desencadenado una rápida respuesta internacional.
En las primeras horas de la mañana, Israel confirmó que al menos 200 misiles fueron disparados desde territorio iraní, de los cuales la mayoría fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro. Sin embargo, algunos impactaron en zonas residenciales, provocando una serie de incendios y forzando a miles de ciudadanos a buscar refugio.
Occidente se alinea con Israel
El Reino Unido ha tomado una postura firme en defensa de Israel. Este martes, el Ministerio de Defensa británico confirmó el despliegue de dos aviones de combate Typhoon y un avión cisterna Voyager para reforzar las defensas aéreas israelíes. Según un comunicado oficial, estos aviones están siendo utilizados para patrullas de disuasión en la región, demostrando el “compromiso inquebrantable” del Reino Unido con la seguridad del estado israelí. “Estamos aquí para apoyar a Israel y garantizar que no se repita una escalada similar,” declaró John Healey, secretario de Defensa del Reino Unido, desde la base de la RAF en Chipre.
Otros países de la OTAN también han comenzado a movilizar recursos para garantizar la estabilidad en la región, mientras Estados Unidos ha reforzado su presencia naval en el Mediterráneo oriental.
Israel promete represalias
El primer ministro israelí, Isaac Shani, prometió una contundente respuesta a lo que denominó “un acto de agresión sin precedentes”. En un mensaje a la nación, Shani declaró: “El régimen iraní ha cruzado todas las líneas rojas. No descansaremos hasta que los responsables paguen por este ataque contra nuestro pueblo.” El general Herzi Halevi, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, afirmó que el ejército israelí está preparado para una respuesta “rápida y precisa”, y que las operaciones contra objetivos de Hezbolá en Líbano se intensificarán en las próximas horas.
Reacciones internacionales
El ataque ha generado una rápida condena a nivel global. El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación por la escalada de violencia y convocó una reunión urgente del Consejo de Seguridad. “El ciclo de violencia debe detenerse antes de que lleve a una guerra regional incontrolable,” declaró Guterres, quien ha sido criticado por Israel por no condenar el ataque iraní con la suficiente rapidez.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reafirmó el “apoyo inquebrantable” de su gobierno a Israel y advirtió que cualquier ataque adicional contra el país será respondido con firmeza. Rusia, en contraste, criticó la intervención occidental, señalando que las políticas de Estados Unidos y la OTAN en Oriente Medio han fracasado en prevenir este tipo de crisis.
Impacto humanitario
Mientras tanto, la situación en el terreno es crítica. Decenas de miles de ciudadanos en Israel y Líbano han sido desplazados por los combates. En Beirut, los bombardeos israelíes continúan, con objetivos específicos dirigidos a infraestructura de Hezbolá. En el sur de Líbano, la Cruz Roja Internacional ha comenzado a establecer corredores humanitarios para evacuar a civiles de las zonas de conflicto.
La comunidad internacional sigue con atención el desarrollo de los acontecimientos, temiendo que la escalada actual desencadene un conflicto de mayores proporciones en una región que ya sufre tensiones profundas. Mientras tanto, los ciudadanos israelíes permanecen en alerta máxima, buscando refugio ante el temor de nuevos ataques con misiles.
¿Qué sigue?
A medida que la situación evoluciona, Israel ha advertido que su respuesta será proporcional y contundente. Las fuerzas armadas israelíes continúan reforzando sus fronteras, y Occidente se prepara para una intervención más directa si la escalada no se detiene. El mundo mira con preocupación la posibilidad de que este nuevo episodio de violencia desemboque en una guerra regional con consecuencias impredecibles.