La decisión de nombrar a Catalina Velasco, exministra de Vivienda, como embajadora en Dinamarca ha generado controversia al implicar el desplazamiento de Javier Darío Higuera Ángel, un diplomático de carrera con más de 30 años de experiencia. Higuera, quien asumió el cargo en agosto de este año, deberá abandonarlo tras solo tres meses debido a la solicitud del canciller Álvaro Leyva.
Velasco, cercana al presidente Gustavo Petro gracias a su vínculo familiar y político, viajará acompañada de su esposo, Eduardo Noriega de la Hoz, un aliado estratégico de la Colombia Humana y socio político del mandatario desde hace décadas. Este nombramiento, que será en provisionalidad, ha reavivado el debate sobre el uso de esta práctica, considerada perjudicial para la carrera diplomática.
Organizaciones como Asodiplo y Unidiplo han cuestionado el procedimiento, señalando que esta modalidad vulnera los méritos de los funcionarios de carrera y permite el nombramiento de personas sin los requisitos adecuados. Ambas entidades han tenido éxito en impugnar decisiones similares en el pasado, como el caso del embajador Moisés Ninco en México, quien logró mantenerse en su puesto tras una demanda.
Críticas por el desplazamiento de un diplomático experimentado
La salida de Higuera Ángel ha sido particularmente polémica. Economista con doctorado y trayectoria de más de tres décadas en la Cancillería, había asumido el liderazgo de la misión en Dinamarca hace apenas unos meses. Su partida pone de relieve las dificultades de los funcionarios de carrera, quienes enfrentan constantes cambios en su vida personal y familiar debido a nombramientos políticos.
Además, se especula sobre la posible salida de Jhon Alexander Quintero, primer secretario de la embajada y exvicepresidente de Unidiplo. Este sindicato ya había cuestionado al presidente Petro tras referirse despectivamente a los diplomáticos de carrera, calificándolos de “oligarcas”.
Velasco: un salvavidas tras su salida del Ministerio
El nombramiento de Catalina Velasco parece ser una nueva oportunidad tras su polémica gestión como ministra de Vivienda. Aunque su cercanía con Petro le permitió ocupar importantes cargos en la administración pública, su desempeño en el Ministerio enfrentó fuertes críticas.
En enero, Petro la reprendió públicamente por no avanzar en el proyecto del acueducto de Quibdó, una promesa de campaña. Finalmente, en medio de la crisis habitacional y la presión por los retrasos en el sector, Velasco dejó el cargo, pero con un nuevo destino diplomático diseñado para ella.
El caso subraya nuevamente las tensiones entre los nombramientos políticos y la carrera diplomática, dejando preguntas sobre el compromiso del gobierno con el mérito y la estabilidad institucional.