HUMANOS SIMPLEMENTE HUMANOS
Para mis Apreciados Lectores
Somos simplemente humanos, nada más. Con una parte derecha y una parte izquierda, con El ángel y El diablo a cada lado.
Estamos atravesados por la virtud y la mentira. Los pueblos tienen oleadas de virtud y oleadas de mentiras, los ciclos se suceden en Colombia y en el mundo. Las mentiras se insertan en el régimen judicial, se camuflan entre los legisladores, se esconden en los magistrados, los empresarios, los hogares, etc., y ejecutadas por los militares.
Actos de colonización en África, expulsados luego por los africanos; colonización en Norteamérica que culmina con el genocidio de indios americanos; colonización inglesa que los kenianos logran expulsar; colonizaciones en el medio oriente desdibujando las sonrisas de los niños; etc., etc.
Noticia tras noticia delata nuestra identidad y nuestra ansia de conquista para llenar nuestro saco roto, nuestro miedo a morir, nuestra eterna incompletud de caricias amorosas, nuestra rabia al no tenerla y por tanto cambiamos como una iguana, el color de nuestras mascaras. Y el disco continúa rayado
Inventamos complots, acusamos inocentes, llevamos al cadalso al ingenuo. Somos egoístas por naturaleza.
Nos afiliamos en logias, en sectas, en religiones, en clubes, intentando diferenciarnos de los otros, luchando por ser más poderosos. Creemos ser los escogidos y el resto serían los parias, los rechazados, los últimos de las ultimas castas.
Sin embargo, asistimos a iglesias, a templos, nos arrodillamos, damos clases de ética y nos enojamos cuando nuestros hijos se salen de la línea del bien; rezamos y solicitamos al divino que nos espere para estar a su diestra, y en la otro mano tenemos la daga de la arrogancia.
Todo esto es lo que denunció Franz Kafka, Albert Camus y todos los filósofos del absurdo. Parafraseando a Friedrich Nietzsche diría: un siglo más de lectores y el mundo olerá a feo. Frase que eriza la piel. Yo diría un siglo más de eruditos “éticos” justicieros y ya no volveremos a ver nuestras maléficas caras en el espejo de la verdad.
Nacemos, crecemos iniciando el miedo a la muerte. Preferimos matar para conjurar nuestra impotencia de vida y preferimos engañar para dramatizar la mentira en la vida.
Los extraterrestres no entienden este maremágnum orgiástico de bajeza humana insertada en la más alta ética humana. Y estos extraterrestres son los incomprendidos, son los locos, son los transparentes, son los crucificados, son los criadores de la verdad y de la verdadera vida; y a estos los matan.
Pero la vida se niega a sucumbir resistiendo por miles de años la barbarie. La vida lucha por engendrar más alienígenas, más hijos de la verdad, y a ellos debemos unirnos. ¿Y quiénes son ellos? Quizá esta tan cerca de ti. No logramos verlos pues son no humanos, son extra humanos, son la esencia que contradice la contradicción. Son la semilla que ira creciendo lentamente. Subirán cual árbol monumental para abrir sus hojas desprevenidas y silenciosas.
Son la excepción a la regla y por esto la regla sigue igual hasta el fin de los fines.
Cojámonos de las manos y esperemos la piedra colosal interestelar que caerá en la tierra, o quizá nos hundiremos en la ebullición climática global, mientras danzan los lagartos su canto en el país de las maravillas.
Dr. Lucio David González
Psiquiatra. Master Psicoanálisis.
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