En una operación sorpresa que ha desatado indignación y temor en comunidades migrantes, agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y del Departamento de Seguridad Nacional detuvieron a más de 100 trabajadores en una obra de construcción en Tallahassee, Florida, durante la mañana del jueves 29 de mayo.
El operativo, liderado por la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional en Tampa (HSI Tampa), fue parte de una investigación en curso. Aunque la acción se centró en inmigrantes con antecedentes penales o que ya habían sido deportados, entre los detenidos también hay personas que aseguran tener estatus legal.
“Nos tratan como criminales”, declaró Gerónimo, uno de los capturados, a través de la ventana del vehículo donde permanecía retenido. Con resignación, agregó: “Ni modo… ahora vamos a devolver esa energía a nuestro país”, refiriéndose a su intención de regresar a México.
La intervención ha encendido las alarmas entre defensores de derechos humanos, quienes denuncian el creciente uso de redadas como mecanismo de intimidación y deportación masiva. Aunque ICE sostiene que el operativo fue legal y focalizado, la imagen de decenas de trabajadores esposados, muchos con herramientas aún en la mano, revive el debate sobre el trato a los migrantes que sostienen la economía desde los sectores más vulnerables.
Mientras Washington sigue sin una reforma migratoria estructural, en Florida se vive una cacería silenciosa.
El operativo no se limitó a un solo punto. Testigos aseguraron que al menos una obra vecina fue inspeccionada antes del ingreso masivo de los agentes al lugar central del operativo. Se confirmó, además, que entre los detenidos hay ciudadanos colombianos.