La carta financiera de Colombia para al año entrante tiene al Ministerio de Hacienda en contrarreloj, pues debe rehacerla y presentarla diez días después de la instalación del Congreso.
Ni el monto destinado al gasto social ni la distribución de los recursos de inversión por sectores –donde, por ejemplo, educación tendría una reducción del 12,4 por ciento frente a lo asignado para 2025– convencieron al presidente Gustavo Petro. Tras escuchar la propuesta de presupuesto para 2026 presentada por el ministro de Hacienda, Germán Ávila, ante el gabinete en pleno, el mandatario pidió rehacerla,advirtiendo que no está dispuesto a firmar el proyecto de ley si este contempla recortes en el gasto social.
De hecho, el presidente calificó la propuesta como “un presupuesto del gran capital”, al señalar que asciende a 551,6 billones de pesos y que con esos recursos se invertiría en infraestructura para beneficiar “al gran capital” y se irrigan subsidios que favorecen a las empresas de energía.

No obstante, la propuesta presentada por Hacienda indica que, de ese total, solo 84,5 billones se destinarían a inversión, lo que representa apenas el 15,2 por ciento y constituye el menor porcentaje entre los tres grandes componentes del plan de gastos. En contraste, el rubro de funcionamiento concentraría 364,6 billones de pesos (66 por ciento del total), mientras que para el servicio de la deuda se asignarían 102,5 billones, equivalentes al 18,5 por ciento.
En Colombia no hay antecedentes de una devolución pública de la propuesta presupuestal dentro del propio Ejecutivo antes de su llegada al Congreso, como ocurrió el lunes durante la transmisión en vivo del consejo de ministros.