En un nuevo pulso diplomático que aumenta la incertidumbre regional, el presidente Gustavo Petro volvió a desafiar al mandatario estadounidense Donald Trump, luego de que EE. UU. anunciara el cierre total del espacio aéreo venezolano ante la creciente tensión con el régimen de Nicolás Maduro.
Mientras Washington advierte sobre riesgos en el mar Caribe y ordena a todas las aerolíneas evitar Venezuela “en su totalidad”, Petro decidió ir en contravía de la advertencia estadounidense y anunció, desde su cuenta de X, que ordenó restablecer el servicio aéreo civil con Venezuela.
El mensaje del jefe de Estado colombiano, que nuevamente actúa como aliado político de Maduro, afirmó que “Estados Unidos no tiene derecho” a imponer restricciones sobre el espacio aéreo venezolano, y llamó al mundo a imitar su decisión.
La postura del presidente colombiano contrasta con la firmeza de Trump, quien advirtió a pilotos, aerolíneas y redes criminales que el espacio aéreo venezolano permanecerá cerrado por seguridad. Una medida que, según fuentes internacionales, responde al aumento de tensiones militares en la zona.
La reacción de Venezuela llegó de inmediato. El régimen de Maduro publicó un comunicado acusando a Estados Unidos de “amenaza colonialista” y justificó su rechazo al cierre aéreo. Sin embargo, la respuesta de Petro —más alineada con Caracas que con Washington— vuelve a encender alarmas sobre el rol del Gobierno colombiano en un escenario geopolítico cada vez más complejo.











