El presidente Gustavo Petro compartió su experiencia en el esperado regreso de Paul McCartney a Colombia, después de 12 años desde su último concierto en 2012. En una publicación en su cuenta de X (anteriormente Twitter), Petro relató que asistió «un poco clandestino» al espectáculo del icónico músico británico, que tuvo lugar el primero de noviembre en el estadio El Campín de Bogotá. El mandatario capturó la euforia del evento a través de un video donde los miles de asistentes coreaban las célebres canciones de McCartney.
Durante su mensaje, Petro evocó una anécdota de su tiempo como alcalde de Bogotá, recordando que fue él quien trajo a McCartney a la ciudad en un evento que generó controversia con el entonces procurador Alejandro Ordóñez. «Me amenazó con destituirme por permitir prestar El Campín, pero El Campín no era solo para empresarios privados del fútbol, sino para el pueblo”, afirmó el presidente, vinculando este hecho con el 19 de abril y la historia de la guerrilla del M-19, en la que militó.
Petro también mencionó la importancia cultural de McCartney y su música, describiéndola como el inicio de una revolución que desafió al sistema de codicia y transformó el panorama cultural global. Comparándose con el famoso artista, el presidente reflexionó sobre su propia relación con las multitudes, afirmando que, a pesar de los riesgos, valió la pena la conexión con el pueblo.
Impacto Económico del Concierto
El evento no solo fue un hito cultural, sino que también tuvo un impacto significativo en la economía de Bogotá. Según un estudio de la Secretaría de Desarrollo Económico (SDDE), el concierto podría haber generado más de 33 mil millones de pesos colombianos en ingresos. Este monto proviene de diversas fuentes, incluyendo la venta de boletas y el aumento en la llegada de fanáticos de otros países.
La actividad comercial se vio igualmente favorecida, con más de 1.900 millones de pesos en ventas de mercancías como camisetas y recuerdos relacionados con el espectáculo. Además, la ocupación hotelera y la afluencia a restaurantes y bares aumentaron, contribuyendo a un notable impulso en la economía local.
El regreso de McCartney a Bogotá no solo celebró su legado musical, sino que también reafirmó el potencial de la capital colombiana como un destino vibrante para eventos de gran envergadura.