El presidente Gustavo Petro anunció este jueves, desde Cartagena, una decisión drástica: romper las relaciones entre su Gobierno y las comisiones económicas del Congreso, tras el hundimiento de la reforma tributaria.
En un discurso ofrecido en la capital de Bolívar, el mandatario expresó su frustración ante el revés político que sufrió una de las iniciativas más emblemáticas de su administración, conocida como la ley de financiamiento.
“La mejor educación para toda nuestra juventud, sin discriminación, rodeada de amor. Este es el gobierno de la política del amor. Pero ahora, ministro, entreguemos esta educación a toda la juventud de Colombia. Este es nuestro objetivo”, señaló Petro, visiblemente emocionado, en un evento dedicado a la entrega de nuevas aulas educativas en Cartagena.
Sin embargo, la ceremonia tomó un giro político cuando el presidente endureció su discurso, dejando claro que las puertas del diálogo con las comisiones económicas están cerradas.
“Ojalá mi última actividad como presidente sea dejar de hablar con los congresistas de las comisiones terceras. Se acabó. No tienen nada más que decirnos, ni nosotros nada que esperar de ellos”, declaró.
Petro subrayó que su Gobierno seguirá adelante sin depender de estas instancias legislativas: “La relación con las comisiones económicas ha finalizado. Ellos verán si aprueban presupuestos o créditos. Ya veremos cómo nos defenderemos. Mi labor será caminar por Colombia, inaugurando espacios para la educación de nuestra juventud”, puntualizó.
Arremetida en redes
Horas antes, el mandatario utilizó su cuenta en X, antes Twitter, para lanzar una dura crítica contra el Congreso, acusándolo de haber desmantelado una reforma que calificó como progresista.
“Después de ser reconocidos como la sexta economía mejor dirigida por la Ocde, la mayoría de la clase política tradicional decidió darle un golpe profundo a la economía nacional y al pueblo”, escribió.
Petro también lamentó que la reforma, que en un principio buscaba redistribuir de manera más equitativa las cargas fiscales, haya sido “descuartizada”. Según el presidente, las modificaciones realizadas a la iniciativa eliminaron impuestos equivalentes a seis billones de pesos anuales que debían pagar las industrias petroleras y carboneras.
Con este nuevo capítulo, las tensiones entre el Ejecutivo y el Legislativo parecen haber alcanzado su punto más crítico, abriendo interrogantes sobre cómo enfrentará el Gobierno los desafíos fiscales y políticos en adelante.

