El presidente Gustavo Petro respondió a las fuertes revelaciones sobre presuntos vínculos entre integrantes del Ejército, organismos de inteligencia y las disidencias de las Farc al mando de alias Calarcá. El mandatario negó categóricamente cualquier relación y aseguró que todo responde a un intento de manipulación política.
Las denuncias surgieron tras una investigación periodística que señala una posible infiltración en la Dirección Nacional de Inteligencia y en las Fuerzas Militares, así como supuestos nexos de altos funcionarios del Gobierno con jefes de las disidencias. Petro defendió a los dos principales señalados: el general Juan Miguel Huertas y el funcionario de inteligencia Wílmer Mejía, asegurando que los informes mencionados son “falsos”.

“Puedo afirmar que las versiones de supuestos informes de inteligencia sobre Huertas y Wimer son falsos”, escribió el mandatario en su cuenta de X, al tiempo que afirmó que existe un “uso político de la información” para afectar lo que él considera avances contra la corrupción interna.
Petro también sugirió que las acusaciones buscan apartar a quienes, según él, lo han ayudado a identificar “oficiales corruptos dentro del Ejército”. Alegó además que su Gobierno bloqueó “miles de millones” en sobornos relacionados con redes de criminalidad y que esto generó reacciones adversas de quienes estaban involucrados en esas prácticas.
En su pronunciamiento, el presidente propuso que las agencias de inteligencia hagan públicos sus informes en un tiempo prudencial y pidió cortar “de inmediato” los vínculos entre miembros de la fuerza pública y organizaciones criminales. No obstante, evitó pronunciarse sobre los señalamientos relacionados con una presunta financiación de las disidencias a su campaña presidencial de 2022.
El escándalo continúa escalando políticamente y la presión por investigaciones independientes aumenta, mientras el Gobierno insiste en que todo hace parte de una operación para desacreditarlo.











