En una decisión que ha suscitado reacciones mixtas, el presidente Gustavo Petro nombró a varios exlíderes paramilitares como gestores de paz en Colombia, con un mandato de seis meses. Entre los designados se encuentran figuras controvertidas como Jorge 40, Don Berna, Macaco y HH, todos antiguos cabecillas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). La designación, oficializada mediante la resolución 453 del 8 de noviembre, busca, según el gobierno, avanzar hacia un cierre definitivo del conflicto con estos actores.
En su intervención, el presidente Petro defendió el nombramiento como un paso hacia la reconciliación nacional, en el marco de un proceso de paz que ha recibido tanto apoyo como críticas. Los opositores ven esta medida como una peligrosa legitimación de actores implicados en graves violaciones de derechos humanos.
Una lista de exparamilitares bajo condiciones específicas
Además de Jorge 40 y Don Berna, otros exlíderes de las AUC, incluidos alias El Patrón, El Señor de la Sierra y El Alemán, fueron nombrados como gestores de paz. La resolución detalla que su participación estará sujeta a condiciones específicas de tiempo, espacio y actividades, definidas en coordinación con el consejero de paz.
La normativa enfatiza que esta designación no altera la situación jurídica de los exparamilitares, ni concede beneficios judiciales o libertades adicionales. Para su labor, las autoridades penitenciarias deberán proveer las medidas necesarias para su desplazamiento y participación en los programas, los cuales podrían incluir conexiones virtuales en caso de extradición o cumplimiento de condenas fuera de Colombia.
Un controvertido acercamiento a los exparamilitares
El presidente Petro ha mostrado una postura de apertura hacia los exlíderes de las AUC, resaltando la importancia de reabrir el diálogo para cerrar el ciclo de violencia. En octubre, en Montería, se reunió con Salvatore Mancuso, también exjefe paramilitar, durante un acto de restitución de tierras, donde planteó la posibilidad de reactivar negociaciones con estos antiguos grupos armados.
Este gesto fue interpretado por algunos sectores como una iniciativa para abordar temas pendientes del proceso de paz de los años 2000. En palabras del presidente, el objetivo es finalizar este proceso «sin traiciones y sin miedo a la verdad», en alusión a la época en la que Álvaro Uribe lideró las negociaciones iniciales con las AUC.
La designación de estos gestores de paz es un paso significativo en la agenda de paz del gobierno Petro, aunque sigue generando controversia. Los próximos meses serán clave para observar el impacto y la efectividad de esta medida en el contexto de reconciliación nacional.
