El cruce de declaraciones entre el presidente Gustavo Petro y el presidente del Senado, Efraín Cepeda, subió de tono esta semana, tras el hundimiento de la reforma política en el Congreso, un golpe significativo para las intenciones legislativas del Gobierno.
En medio de esta confrontación, Cepeda lanzó una pulla que marcó un punto álgido en la disputa: “Jamás he empuñado un arma”, una referencia directa al pasado de Petro como militante del M-19, un grupo guerrillero que en su momento firmó la paz con el Estado colombiano.
La respuesta del mandatario no se hizo esperar. Desde su cuenta en X (antes Twitter), Petro replicó: “Empuñas las peores armas, senador Cepeda. Las armas que permiten que los niños por miles se mueran de hambre”.
Cepeda también alzó la voz y defendió su posición a través de un mensaje divulgado el 17 de diciembre: “El Gobierno no puede seguir imponiendo su voluntad ni esperando un arrodillamiento del Congreso. Mientras yo esté en la Presidencia del Senado, no lo voy a permitir, porque este es un poder público absolutamente independiente”.
Las tensiones se intensificaron luego de que Petro acusara a Cepeda de frenar el debate democrático y lo instara a no terminar su carrera política como “una rémora de la historia”. En su mensaje, el presidente también sugirió que buscar la Presidencia por vías antidemocráticas sería un error imperdonable para el pueblo colombiano.
Ante estas declaraciones, Cepeda reafirmó su postura con contundencia: “Presidente, si hay un colombiano demócrata que jamás impulsaría un golpe de Estado, ¡soy yo! Jamás he empuñado un arma ni descalificado a otras ramas del poder público por decisiones adversas a mi querer”. El senador también subrayó la importancia de la separación de poderes y rechazó cualquier intento de unanimismo o mesianismo en el manejo del país.
El trasfondo de esta crisis radica en el creciente malestar entre los parlamentarios, quienes se han sentido atacados por el discurso del mandatario en varias ocasiones. Este escenario evidencia una fractura en las relaciones entre el Gobierno y el Congreso, una situación que Petro amplificó al anunciar la ruptura de vínculos con las comisiones económicas del Legislativo tras el fracaso de su reforma tributaria.
La disputa entre Petro y Cepeda no solo refleja la tensión política actual, sino que deja al descubierto una crisis profunda en el equilibrio de poderes en Colombia.
Asad, ¿Jamenei y Maduro?
22/06/2025
