Yopal vive momentos de profunda preocupación debido a la creciente ola de violencia y delincuencia. El más reciente episodio tuvo lugar en el sector de Caño Seco, donde dos hombres jóvenes, al parecer migrantes venezolanos , perdieron la vida en un brutal ataque a bala perpetrado por sicarios frente a un lavadero de autos, en la Cra 18 entre calles 21 y 22.
Este hecho en Caño Seco que suma más víctimas a una escalada de violencia en la ciudad , evidencia una crisis de inseguridad que las autoridades no han logrado controlar. No obstante, claro, los enormes esfuerzos que hacen desde la alcaldía y la gobernación para darle tranquilidad a la ciudadanía.
La respuesta de la fuerza pública sigue siendo insuficiente. Los operativos policiales en Yopal parecen reactivos y no preventivos, permitiendo que la gente viva en un constante estado de zozobra. Mientras los criminales actúan con tranquilidad la población siente que hace falta más acciones efectivas de las autoridades encargadas de velar por su seguridad.
¿Dónde están las estrategias de seguridad pública? es la pregunta de miles.
La falta de resultados concretos por parte de la Policía genera dudas sobre su capacidad para enfrentar las estructuras criminales que operan en la región. La comunidad exige no solo presencia policial, sino también una planificación estratégica desde la Alcaldiau, que desarticule las redes delictivas y prevenga hechos horrorosos como la ocurrida en Caño Seco.
El clamor ciudadano es claro: no se puede permitir que la violencia continúe apropiándose de las calles de Yopal. Las autoridades municipales y departamentale tienen que aplicar medidas contundentes. Menos Consejos de seguridad y reuniones de café. La inacción ya no es justificable. Cada vida perdida representa una falla en el deber esencial del Estado de proteger a sus ciudadanos.
La inseguridad en Yopal debe dejar de ser una estadística y convertirse en una prioridad. Solo con una acción coordinada, decidida y transparente será posible devolverle la tranquilidad a una comunidad que merece vivir sin miedo.