El presidente Gustavo Petro sorprendió este martes, 17 de diciembre, con un anuncio que promete generar un amplio debate en los círculos políticos y diplomáticos. A través de su cuenta personal en X (antes Twitter), el mandatario colombiano comunicó su decisión de ordenar la venta de varias residencias diplomáticas que Colombia posee en diferentes países, argumentando que representan un carácter “aristocrático” y no responden a las necesidades de la ciudadanía.
Petro señaló que estas propiedades, algunas de ellas de lujo, contrastan con la falta de espacio adecuado en embajadas y consulados para atender a los colombianos en el exterior. «Esta es la residencia de quien ostente el cargo de embajador en México, mientras la embajada y consulado para atender a los colombianos no tiene espacio», afirmó el presidente, al referirse a la residencia diplomática en ese país.
El mandatario calificó estas residencias como ostentosas y carentes de sentido de servicio público. «Aquí se demuestra el carácter aristocrático y sin sentido de servicio a la ciudadanía en que transformaron a la Cancillería por décadas», agregó. Según Petro, los recursos obtenidos de estas ventas se destinarían a ampliar los espacios de atención en las sedes consulares y embajadas.
En un mensaje posterior, Petro precisó las propiedades que se incluirían en la medida, mencionando las residencias en Suiza, México y Bruselas como las primeras en ser vendidas. «He visto residencias de embajadores más amplias y palaciegas que nuestras embajadas y consulados, reducidos y sin atención apropiada a la colombianidad», escribió.
El papel del canciller Luis Gilberto Murillo
Por ahora, se espera la reacción del ministro de Relaciones Exteriores, Luis Gilberto Murillo, quien deberá definir cómo se llevará a cabo el proceso de venta y detallar el uso de los recursos que se generen. No obstante, la relación entre el canciller y el presidente parece atravesar un momento tenso.
Recientemente, Murillo ha enfrentado cuestionamientos por sus posturas ante temas diplomáticos clave, como la situación en Venezuela y el presunto fraude electoral en ese país, lo que ha impactado negativamente su imagen. Además, la frustrada designación de Daniel Mendoza, creador de la serie Matarife, como embajador en Tailandia, ha generado mayor presión. Según trascendió, esta nominación fue descartada por decisión del propio Mendoza, tras generar controversia al interior del Gobierno.
La semana pasada, Petro convocó al canciller a una reunión para abordar estos y otros temas, lo que refleja el difícil momento político que atraviesa Murillo. En contraste con su desempeño como embajador en Washington, su gestión actual ha sido duramente criticada por la opinión pública, lo que podría poner en riesgo su continuidad en el cargo.
El anuncio de la venta de residencias diplomáticas y la polémica en torno a la Cancillería abren una nueva etapa de discusión sobre el rumbo de la política exterior de Colombia y la capacidad del Gobierno para atender las necesidades de los ciudadanos en el exterior.