Alberto Donadio
Bucaramanga no es una ciudad internacional ni cosmopolita, pero algo más de un millón de habitantes la consideran un buen vividero.
El recordado director de orquesta bumangués Sergio Acevedo solía saludar así a los visitantes que llegaban a su ciudad: “¿Cómo está, cuándo llegó y cuándo se va?”. Él sostenía que a Bucaramanga viaja muy poca gente que no sea de Santander y que la mayoría llega de Bogotá en el vuelo de la mañana y se regresa en el vuelo de la noche, después de cumplir la diligencia que motivó el viaje. En efecto, son muchos los turistas que visitan Santander, pero para ellos Santander significa Barichara por su vetusta belleza y San Gil por el canotaje y otros deportes.
Bucaramanga no es una ciudad internacional ni cosmopolita, pero algo más de un millón de habitantes la consideran un buen vividero. Para el que pase por allá y disponga de 500.000 pesos para un almuerzo o cena para cuatro personas, incluyendo bebidas y entradas, estos son los restaurantes tradicionales favoritos de los bumangueses.
La Carreta, fundado en 1960 por el futbolista argentino Roberto Pablo Janiot, es uno de los más antiguos restaurantes de la ciudad. Janiot jugaba en Chacarita Juniors cuando lo contrató el Atlético Bucaramanga en los años cincuenta, junto con Américo Montanini. Cuando decidió quedarse en Bucaramanga, abrió la parrilla argentina que funciona desde hace 65 años en la misma casa. Un legendario árbol de mango de más de 80 años traído de Jamaica preside el jardín. En esa casa se crio Ángela Patricia Janiot, que fue presentadora de CNN en Español.
Pescocentro empieza a llenarse desde las 11:30 de la mañana. Lleva 42 años en la misma sede, en una calle donde abundan los talleres de mecánica, pero a los clientes no les molesta el vecindario. Gerardo Ochoa es el dueño y el cocinero. La cazuela de mariscos y la paella de viernes y domingos son los platos más pedidos. Es raro ver mesas ocupadas por una o dos personas. Lo común son mesas grandes de cuatro, seis, ocho o más comensales que son familia o amigos. Marazul, también de comida de mar, contiguo al centro comercial Megamall, es igualmente popular.
Mercagán, una cadena de restaurantes que ofrece todo tipo de carnes, tiene un nombre que llama la atención a los forasteros. Significa Mercado Ganadero. Las sillas son simples taburetes, pero los precios no son módicos. Es uno de los lugares favoritos de las familias bumanguesas. Allá piden lo que comen todos los días en la casa: carne y yuca, igual que los norteamericanos que van a comer hamburguesa, papas fritas y apple pie en París o en Roma. Recomendados en Mercagán también la sopa de patacón y el plátano maduro con bocadillo y queso. La Puerta del Sol, otro lugar tradicional, también se llena los domingos con familias que comen carne asada, sobrebarriga y mute. Naturalmente acompañados con Kola Hipinto, una gaseosa roja, inventada en la ciudad por Hipólito Pinto y adquirida hace mucho tiempo por Postobón.
Otro restaurante de comida típica es La Casona, en Girón, a un costado de la iglesia de Las Nieves. Como los otros establecimientos de comida típica, ofrece carne de res, pollo, cerdo, pescado, carne oreada, cabro, pepitoria, chunchulla y molleja. También es conocido por las onces maxiultrahipercalóricas que sirven en la tarde con vino o sabajón, chocolate, pan, queso, tamal, mantecada, galleta, pandebono y postre. En comparación, el desayuno es liviano: caldo con huevo, chata asada, arepa, yuca, chocolate o café.
Fujiyama es un nombre japonés, pero identifica al restaurante chino más antiguo y conocido de la ciudad.
Más económico que los anteriores es el Tony, un desayunadero famoso por el caldo con huevo y arepa, el caldo de carne, el calentao arrechito a caballo y la arepa santandereana, que lleva chicharrón molido.
La cadena bumanguesa de arepas rellenas Arepiz es igualmente muy popular y económica frente a los restaurantes mencionados.
Para las onces de La Casona hay que viajar a Bucaramanga y regresar en el vuelo de la noche, pero Bogotá sí tiene cuatro sucursales de la mejor panadería que existe en Bucaramanga: Efraín Casa de Pan. Están situadas en Rosales, Chicó, Santa Bárbara y Cedritos. Es muy recomendado todo el surtido, que cambia día a día, incluyendo la baguette, el pan de semillas y cereales, el pan de muerto, la babka de canela y las galletas de red velvet.
Alberto Donadio