La reciente confrontación en Monterrey entre el alcalde y los concejales ha desencadenado una crisis que pone en riesgo servicios fundamentales como el transporte escolar y la atención a los adultos mayores. Mientras el alcalde señala a los concejales por bloquear el presupuesto, los ediles responden con acusaciones serias: presuntas irregularidades en la administración y un manejo cuestionable de los recursos públicos.
El aumento desmesurado en el presupuesto para las fiestas de verano y un polémico proyecto de pavimentación que beneficia a intereses privados han generado descontento entre la comunidad. Además, la demora en la presentación del proyecto de transporte escolar ha provocado un retraso de 60 días en la reanudación del servicio, dejando a los estudiantes sin transporte.
Esta situación evidencia una preocupante desconexión entre las verdaderas necesidades de Monterrey y las decisiones de sus líderes. La administración municipal está llamada a rendir cuentas y a reorientar sus prioridades, enfocándose en la transparencia y en la gestión responsable de los recursos públicos.
