Nicolás Maduro ha desafiado a la Unión Europea (UE) tras las críticas a los resultados de las recientes elecciones en Venezuela. La UE, a través de una declaración del Alto Representante para Política Exterior, Josep Borrell, cuestionó la validez de los resultados proclamados por el Consejo Nacional Electoral (CNE), que otorgan al presidente Maduro un 51% de los votos. La falta de publicación de las actas oficiales y el retraso en su divulgación han generado dudas sobre la integridad del proceso electoral.
Según la UE, las actas obtenidas por la oposición y revisadas por organizaciones independientes indican que Edmundo González Urrutia podría haber ganado con una mayoría significativa. La UE ha pedido una verificación independiente y el respeto a la voluntad del pueblo venezolano para ayudar al país a salir de su crisis humanitaria y económica. También han llamado a mantener las protestas pacíficas y al respeto de los derechos humanos.
En respuesta, Maduro ha criticado duramente a Borrell y a la UE, calificando su intervención de “vergüenza”. El presidente venezolano comparó la situación actual con las crisis en Gaza y Ucrania, acusando a la UE de ignorar la violencia en estos lugares mientras critica a Venezuela. Maduro recordó la derrota de la UE en apoyo a Juan Guaidó y prometió que la UE “será aplastada” nuevamente, aludiendo a la proclamación de González.
El ministro de Exteriores venezolano también ha desafiado a la UE, destacando el aniversario de la Batalla de Junín como un recordatorio de la independencia venezolana frente a influencias externas.
En medio de esta tensión, Maduro ha condecorado a oficiales de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) heridos en las manifestaciones opositoras, destacando su papel en la preservación del orden y la paz en Venezuela. También expresó sus condolencias por la muerte de dos miembros de la GNB en enfrentamientos.
Esta situación marca un nuevo capítulo en la crisis política y diplomática en Venezuela, mientras la comunidad internacional y el gobierno venezolano se enfrentan en una disputa sobre la legitimidad de las elecciones y el futuro del país.