Pese a que se había autorizado el ingreso de 4.000 personas, el campus ha recibido a más de 10.000.
La sede Bogotá de la Universidad Nacional de Colombia amaneció este lunes 28 de abril con un enorme campamento de la minga indígena, que llegó este fin de semana a la ciudad en el marco de las marchas previstas para el 1 de mayo.
Sin embargo, lo que en un principio se planteó como un espacio humanitario que no alteraría las actividades de la universidad, se convirtió en una situación que tiene en incertidumbre a cientos de estudiantes que hoy no saben cómo se desarrollarán sus clases durante toda la semana que estará montado el campamento.
Y es que, según admitieron las directivas de la universidad, la llegada de la minga fue más masiva de lo que se esperaba. En un comunicado, el rector Leopoldo Múnera había anunciado que tras conversaciones con el Distrito y el Gobierno Nacional, se había habilitado la Concha Acústica del campus para el campamento. Sin embargo, amanecieron ocupados los edificios de Aulas de Ingeniería, Ciencia y Tecnología, Matemáticas y el Julio Garavito.
Ante esta situación, los estudiantes de estas facultades llegaron con el fin de asistir a clases para darse cuenta que dichos edificios estaban ocupados por el campamento, lo que los dejó ante la incertidumbre de si podrán o no realizar sus actividades académicas.
Al respecto, el rector Múnera y la vicerrectora de la sede Bogotá, Carolina Jiménez Martín, señalaron que las autoridades de la universidad “han sostenido reuniones de coordinación en relación con los aspectos de orden logístico para contar con las condiciones necesarias de dignidad y respeto por los derechos humanos, sin interferir con el desarrollo de las actividades de la universidad”.
Pero, “pese a los acuerdos previos y dadas las condiciones climáticas extremas, varios integrantes de la minga buscaron resguardo en algunos de los edificios del Campus”, dijeron los directivos.
De esta forma, la llegada masiva de los indígenas (se había anunciado en un principio la presencia de unas 4.000 personas, pero ya hay más 10.000) ha impedido la realización de algunas actividades académicas. Así le dijo a EL TIEMPO Luis Eduardo Fernández, estudiante de Ingeniería Civil: “Cuando llegamos a la universidad, el edificio de Ingeniería estaba cerrado, no se podía entrar, no sé si va a haber clase”.
Ante esta situación, algunas clases se han cancelado. Así mismo, este diario pudo establecer que el auditorio León de Greiff también está cerrado, lo que ha impedido que la Filarmónica pueda ensayar.
También pudo evidenciar este diario que en los edificios afectados, miembros de la minga se han ubicado en las entradas, y son ellos los que definen quién entra y quién sale de los mismos.
Al respecto, Jhoe Sauca, consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca (Cric) le dijo a EL TIEMPO: “Estamos conversando de manera interna, retomamos el ejercicio de orientación con la guardia para que en la entrada a la universidad también no se vean situaciones como las que se han presentado”.
De acuerdo con Múnera y Jiménez, desde la noche de este domingo y la mañana de hoy lunes 28 de abril, “se establecieron diálogos para facilitar el ingreso de los estudiantes, profesores y administrativos a los edificios que permanecen ocupados parcialmente y habilitarlos para el desarrollo de las actividades misionales lo más pronto posible. Al momento de emisión de este comunicado solo están ocupados algunos edificios”.
Mientras tanto, la universidad evalúa posibilidades para restablecer las actividades académicas, para lo cual Vicerrectoría de la Sede contempla la posibilidad de autorizar las clases telepresenciales, lo cual se antoja como la principal opción. Sin embargo, sobre todo en carreras como Medicina (cuyo edificio estuvo en un momento parcialmente ocupado), muchas de las clases deben desarrollarse de manera presencial, para lo cual de momento no se conoce un plan.
Por su parte, Múnera quiso dar un parte de tranquilidad asegurando que “clase que se pierda, clase que se repone”.
Toda esta situación se presenta a apenas un mes de que dieran inicio las clases del semestre 2025-1, tras un retraso de tres meses en el calendario académico por cuenta del paro de estudiantes presentado hace un año, por lo que hay preocupación en la población estudiantil afectada.
Preocupación por el campus
Si bien la presencia de la minga en el campus de la Universidad Nacional fue acordada con el Gobierno y el Distrito, y hasta el momento ha sido pacífica, la decisión no ha sentado bien en gran parte de la comunidad educativa, no solo por el bloqueo de algunos edificios, sino por las afectaciones que puedan tener los espacios ocupados.
De momento las autoridades no reportan actos de vandalismo, pero sí se ha podido verificar que hay condiciones de poca salubridad, sobre todo con el manejo de desechos y alimentos, como se aprecia en esta foto:
