Una reciente revelación sobre el asesinato de la niña Sofía Delgado ha generado conmoción y pone en duda el reporte oficial. Según una fuente cercana a la investigación, la menor habría permanecido moribunda durante varios días en un cañaduzal antes de que su asesino regresara para acabar con su vida. Este nuevo dato podría ser clave en el caso que ha sacudido a Candelaria, Valle del Cauca.
Con el paso de las horas, se han conocido detalles más escalofriantes de este trágico suceso. SEMANA tuvo acceso al testimonio de una fuente vinculada al proceso investigativo, quien ofreció una versión diferente a la presentada por la Fiscalía. Según el informe oficial, Brayan Campo, de 32 años y propietario de la veterinaria donde fue vista por última vez la niña, encerró a Sofía, intentó abusar sexualmente de ella y la asesinó de inmediato golpeándola con un objeto contundente.
Sin embargo, esta nueva versión sugiere que, aunque la menor fue brutalmente atacada ese día, no murió al instante. La fuente asegura que Sofía habría quedado agonizando por varias horas. Al percatarse de que la niña aún estaba con vida, Campo habría desistido de continuar con el abuso y, en su lugar, la introdujo en costales de comida para perro y la abandonó malherida en un cañaduzal entre Villagorgona y La Regina. Allí, la pequeña habría luchado por sobrevivir durante al menos tres días.
Lo más perturbador es que, según esta versión, cuando el asesino notó la cobertura mediática que se había desatado por la desaparición de Sofía, decidió regresar al lugar donde la había dejado para desaparecer el cuerpo. Al llegar, descubrió que la niña aún respiraba y, en un acto de total crueldad, la remató e intentó quemar sus restos.
Este último detalle fue corroborado por otra fuente en la investigación, que aseguró que algunos huesos del cadáver presentaban signos de calcinación. Tras 19 días de búsqueda, el cuerpo de Sofía fue encontrado en avanzado estado de descomposición, pero aún conservaba elementos que permitieron a su madre, Lady Zúñiga, identificarlo antes de que se emitiera el dictamen de Medicina Legal.
Entre los restos encontrados en el cañaduzal había un zapato, parte de la bermuda que la niña llevaba puesta y las llaves de su casa. Estas últimas fueron reconocidas de inmediato por su madre, quien confirmó con dolor que se trataba de su hija. Esta nueva versión ha suscitado numerosas preguntas sobre la demora de las autoridades en capturar al principal sospechoso, especialmente cuando, desde el inicio, existían indicios claros sobre su culpabilidad.
Este nuevo giro en la investigación no solo horroriza a los investigadores, sino que intensifica la indignación pública, mientras se continúa buscando justicia para Sofía y su familia.