El mismo delincuente que organizó el ataque sicarial contra Miguel Uribe Turbay se encargó de planear un plan criminal contra Gabriel Ángel, un firmante de paz. Se trata de un caso que la Fiscalía no investigó.
Gabriel Ángel, un firmante de paz que estuvo por más de 30 años en las Farc, al lado de los máximos comandantes de esa guerrilla, reconoce que nunca, en esas tres décadas de conflicto, estuvo tan cerca de la muerte como ahora, fuera de la selva, en Bogotá, donde viste traje de paño y está custodiado por un robusto esquema de seguridad.
A Ángel lo intentaron matar con una poderosa bomba lapa, que se pega con imanes a las latas de un carro; 15 kilos de pentolita, suficientes para despedazar cualquier vehículo. Una técnica que, paradójicamente, fue adoptada por la misma guerrilla a la que perteneció el firmante de paz y similar a la que fue usada en el atentado contra el exministro Fernando Londoño.
El hecho enciende las alarmas y pone sobre la mesa casi con certeza que la Segunda Marquetalia contrata oficinas de sicarios en Bogotá para cometer crímenes a sueldo. Los responsables del atentado contra Gabriel Ángel serían los mismos que atacaron al senador Miguel Uribe Turbay.
Fue el 19 de julio de 2024, cuando Ángel salía de su oficina, en la localidad de Teusaquillo, y, en medio del tráfico, un hombre se acercó a la parte trasera de la camioneta blindada en la que se movilizaba, se agachó, como quedó registrado en los videos de seguridad, y dejó la bomba lapa.
