El exembajador de Colombia ante la FAO, Armando Benedetti, vuelve al escenario político colombiano con un nombramiento que ha generado controversia. Su hoja de vida, publicada en el portal de aspirantes de la Presidencia, confirma su nuevo rol como asesor presidencial III, código 2236, uno de los cargos más remunerados en la Casa de Nariño.
Según el Decreto 300 de 2024, Benedetti devengará un sueldo base de $14.182.665. Sin embargo, este monto aumentará significativamente gracias a una prima técnica y una bonificación de dirección, elevando su ingreso mensual a $21 millones. Este salario se otorga tras su regreso de dos años en el exterior, donde desempeñó funciones diplomáticas en Venezuela y la FAO.
A pesar de la reducción del 26 % en su ingreso comparado con los $80 millones que ganaba como embajador en Roma, Benedetti vuelve decidido a retomar su carrera política en Colombia, acompañado por su esposa, Adelina Guerrero.
Reacciones divididas en el Pacto Histórico
El nombramiento ha polarizado a sectores del Pacto Histórico. Algunas figuras ven la inclusión de Benedetti como una contradicción a los valores progresistas del movimiento. La representante Alexandra Vásquez expresó su inconformidad:
> «Este nombramiento es un golpe para las mujeres que confiamos en la lucha progresista. Creíamos que el feminismo sería central en la agenda del Gobierno».
La senadora María José Pizarro, considerada una de las posibles candidatas presidenciales en 2026, también rechazó el nombramiento:
> «No justificaré a quienes nos violentan. Debemos proteger los principios que sostienen nuestro proyecto político».
Por su parte, Iris Marín, defensora del Pueblo, pidió al presidente Gustavo Petro reconsiderar la designación:
> «No nombrarlo sería un gesto coherente con la igualdad de género que el Gobierno promueve».
La llegada de Benedetti a la Casa de Nariño, en medio de cuestionamientos por denuncias pasadas, promete seguir generando debate dentro y fuera del Gobierno.