En su discurso de aceptación en la Convención Republicana de Milwaukee, Donald Trump delineó su agenda geopolítica para un posible segundo mandato, centrando sus propuestas en la inmigración, los conflictos internacionales y la competencia global.
Trump reiteró su compromiso de construir un muro en la frontera sur de Estados Unidos para frenar la inmigración indocumentada proveniente de México, una de sus principales promesas de campaña. Afirmó que bajo su liderazgo, la crisis migratoria será resuelta mediante el cierre total de la frontera, describiendo la inmigración ilegal como una «invasión» que requiere medidas drásticas.
En el ámbito internacional, el ex presidente aseguró que podría resolver la guerra en Ucrania y los conflictos en Medio Oriente «con una llamada», confiando en sus relaciones personales con líderes extranjeros como Kim Jong-un de Corea del Norte. Trump también se mostró confiado en su capacidad para contener a China e Irán, destacando que su administración podría forjar un nuevo enfoque más firme frente a estas potencias.
El candidato republicano no hizo mención de América Latina como bloque político-económico, ni de entidades clave como la Unión Europea, la OTAN o la ONU. En cambio, centró su discurso en la relación comercial entre Estados Unidos y México, criticando el incremento de inversiones chinas en fábricas ubicadas en el país vecino. Trump advirtió sobre la amenaza de estas inversiones a la industria estadounidense y prometió repatriar la fabricación de automóviles a Estados Unidos.
Esta agenda refleja un enfoque nacionalista y un desafío directo a las estrategias económicas y diplomáticas actuales, destacando las prioridades de Trump para un posible regreso a la Casa Blanca.
