A medida que la campaña presidencial de Estados Unidos entra en su etapa decisiva, la vicepresidenta Kamala Harris parece estar perdiendo terreno frente a Donald Trump, en una contienda que se ha vuelto más reñida de lo previsto.
Harris, quien inicialmente surgió como una figura inesperada dentro del Partido Demócrata, ha enfrentado una serie de desafíos desde que asumió su rol en la administración de Joe Biden. Su gestión ha sido criticada por momentos de incertidumbre y obstáculos que han frenado su avance.
Con la salida de Biden de la contienda electoral, Harris se convirtió en el rostro principal del partido. Sin embargo, su protagonismo en los medios, que alguna vez la catapultó como una de las figuras más visibles de la política estadounidense, parece estar menguando a medida que se acerca la fecha de las elecciones. El impulso que tuvo tras su nominación en 2020, cuando junto a Biden derrotó a Trump, se ve debilitado en esta etapa crucial.
El panorama actual deja a Harris en una posición compleja, con un electorado dividido y un oponente que sigue siendo una fuerza potente en la arena política.
