En un giro inesperado para la política estadounidense, el presidente Joe Biden ha decidido abandonar la carrera por la reelección. En un comunicado publicado en la red social X, Biden informó que, aunque inicialmente planeaba buscar un segundo mandato, ha optado por retirarse para centrarse en sus deberes presidenciales durante el resto de su mandato.
El anuncio de Biden se produjo en medio de crecientes presiones internas. Demócratas influyentes, preocupados por las encuestas desfavorables y el temor a una victoria aplastante de Donald Trump, habían comenzado a sugerirle que reconsiderara su candidatura. Figuras prominentes del partido, como el expresidente Barack Obama, Nancy Pelosi, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries, expresaron su inquietud por el futuro de la campaña.
La decisión de Biden se vio amplificada por imágenes recientes de él lidiando con covid-19, lo que intensificó el nerviosismo en su partido. El presidente, en su carta, agradeció a su equipo de campaña, a la vicepresidenta Kamala Harris y al pueblo estadounidense, destacando los logros de su administración en áreas clave como la economía y la atención médica.
Biden ha propuesto a Kamala Harris como su sucesora en la carrera presidencial, respaldando su candidatura con la esperanza de consolidar el apoyo del partido. Sin embargo, la elección final de la candidata dependerá de los 3.900 delegados demócratas, que se reunirán en la convención nacional programada para el 19 de agosto en Chicago.
En respuesta, Donald Trump no tardó en criticar a Biden, llamándolo “corrupto” e incapaz de desempeñar el cargo, y prometiendo corregir lo que considera problemas causados por la administración actual. Este desarrollo marca un punto crucial en la campaña presidencial, con el Partido Demócrata enfrentando una nueva etapa en la búsqueda de liderazgo y estrategia electoral.
