El representante por Boyacá, Jaime Raúl Salamanca, culmina el 2024 como uno de los protagonistas más controversiales del Congreso de la República. Su gestión al frente de la Cámara de Representantes ha estado marcada por tensiones y enfrentamientos tanto con sus colegas de bancada como con aliados del gobierno de Gustavo Petro, dejando en evidencia un liderazgo cuestionado y lleno de polémicas.
Desde el inicio de la legislatura, Salamanca se ha visto envuelto en críticas que señalan inexperiencia legislativa, maltrato a colegas y falta de garantías en el manejo de los debates. En repetidas ocasiones, se le ha acusado de priorizar una defensa férrea de las reformas del gobierno, generando conflictos con representantes de diferentes sectores.
El incidente con Katherine Miranda: un punto álgido
El más reciente episodio ocurrió el 18 de diciembre, durante el debate de la reforma a la salud. Salamanca protagonizó un fuerte enfrentamiento con la representante Katherine Miranda, de la Alianza Verde, al punto de expulsarla de la plenaria. Según Miranda, fue suspendida del derecho a intervenir por exigir claridad sobre las 600 proposiciones que se estaban discutiendo.
“Es inaceptable que me hayan suspendido simplemente por reclamar garantías en el debate. No se están estudiando las proposiciones como corresponde”, afirmó Miranda en sus redes sociales. Salamanca, por su parte, justificó su decisión alegando que Miranda utilizó un lenguaje ofensivo, aunque en los registros de video no quedó evidencia de insultos.
“Le suspendo el derecho a intervenir porque me faltó al respeto. Aplicaré el artículo 73 del reglamento”, sentenció Salamanca, quien incluso amenazó con recurrir a la Policía Nacional para retirar a Miranda del recinto.
Acusaciones de violencia política contra las mujeres
Los señalamientos contra Salamanca no son nuevos. Representantes como Catherine Juvinao (Independiente) y Carolina Arbeláez (Cambio Radical) han denunciado reiteradamente que Salamanca ejerce violencia política contra las mujeres en el Congreso. Juvinao lo acusó de interrumpir de manera sistemática las intervenciones de las mujeres congresistas y de actuar con un sesgo diferencial frente a sus colegas hombres.
“No le he visto apagarle el micrófono a un hombre, pero a las mujeres lo hace constantemente. Es una práctica que debe terminar”, expresó Juvinao en una sesión anterior. Por su parte, Arbeláez señaló: “No nos dan la palabra, nos ignoran y cortan nuestros micrófonos. Esto va en contra de la representación democrática que ejercemos”.
Un estilo de liderazgo cuestionado
Además de las tensiones con mujeres congresistas, Salamanca también ha tenido enfrentamientos con representantes de la oposición. En octubre, Jhon Jairo Berrío, del Centro Democrático, denunció que Salamanca le negó la palabra durante un debate de la reforma laboral. “Yo tengo derecho a hablar. No es su curul, presidente. Ponga reglas claras”, le recriminó Berrío en esa ocasión.
Otro episodio notable fue su enfrentamiento con Óscar Villamizar, también del Centro Democrático, al que amenazó con expulsar del recinto utilizando la fuerza pública.
El estilo de Salamanca, caracterizado por decisiones controversiales y desplantes hacia sus colegas, ha generado una creciente insatisfacción. A esto se suman críticas por su falta de conocimiento del reglamento interno del Congreso (Ley 5ª de 1992) y su informalidad al asistir a las sesiones con atuendos como jeans y camisetas.
Un legado marcado por la controversia
Jaime Raúl Salamanca termina su periodo al frente de la Cámara de Representantes bajo la sombra de múltiples escándalos y pocos logros concretos. Su gestión será recordada no por avances legislativos significativos, sino por los constantes enfrentamientos con colegas de todos los sectores y la falta de consenso en momentos críticos para el país.