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Iris Marin, Defensora del Pueblo, se desmarcó de Petro


En apenas tres meses como Defensora del Pueblo, Iris Marín ha dejado claro que no es una ficha de la Casa de Nariño ni un instrumento del presidente Gustavo Petro, como muchos especularon cuando fue ternada para el cargo. Desde su posesión, la funcionaria ha marcado distancia frente al Ejecutivo, con posturas firmes e independientes en momentos clave que han generado tanto respaldo como polémica.

Cuando se presentó la terna compuesta por Doris Arias, Jomary Ortegón e Iris Marín, surgieron críticas que auguraban que cualquiera de las candidatas respondería fielmente a los intereses del presidente Petro. Sin embargo, el 17 de agosto, tras ser elegida por amplias mayorías en la Cámara de Representantes, Marín asumió el cargo con un mensaje contundente: trabajaría de manera independiente y comprometida con la defensa de los derechos humanos.

Esa declaración inicial generó escepticismo, pero desde entonces, Marín ha reafirmado su autonomía en seis episodios que destacan su gestión como un contrapeso institucional frente al gobierno.




1. Respuesta al discurso de Petro contra las mujeres periodistas

En su posesión, el 30 de agosto, Petro utilizó el evento para atacar a las mujeres periodistas, llamándolas “muñecas de la mafia”. La reacción de Marín fue inmediata y contundente:
“Rechazo toda forma de violencia contra las mujeres. No somos muñecas ni instrumentos de nadie. Nada justifica la estigmatización. Debatamos las diferencias sin violentarnos”, afirmó la Defensora. Este fue el primer momento en que marcó distancia del mandatario, dejando claro que no toleraría discursos discriminatorios, ni siquiera provenientes del jefe de Estado.




2. Críticas a la estrategia militar en El Cauca

El 12 de octubre, durante la Operación Perseo en el Cauca, Petro instó a la población de El Plateado a desobedecer a los grupos armados ilegales. Marín advirtió que esa petición ponía en riesgo a los civiles y solicitó al presidente abstenerse de hacer llamados de este tipo.
“Este tipo de mensajes puede aumentar el peligro para las comunidades en zonas de conflicto”, aseguró la funcionaria, evidenciando nuevamente su disposición a contradecir al Ejecutivo cuando la protección de los derechos humanos está en juego.




3. Oposición a Diego Cancino como director de la SAE

El 27 de octubre, Marín criticó la posible designación de Diego Cancino como director de la Sociedad de Activos Especiales (SAE) debido a denuncias en su contra por presunto acoso sexual.
“Inadmisible. El Gobierno debe exigirle que renuncie”, publicó en sus redes sociales. La presión pública contribuyó a que la postulación de Cancino fuera retirada, demostrando la influencia de la Defensora en decisiones sensibles.




4. Cuestionamientos al nombramiento de exparamilitares como gestores de paz

El 15 de noviembre, Petro anunció la designación de 18 exjefes paramilitares como gestores de paz. Marín reaccionó con un mensaje crítico:
“¿Por qué confiar en quienes fueron gestores de guerra? Es indispensable un plan de trabajo público que garantice transparencia”, enfatizó. Para Marín, esta medida no solo era controversial, sino que requería mayor claridad y vigilancia.




5. Rechazo al regreso de Armando Benedetti a la Casa de Nariño

El 27 de noviembre, Marín cuestionó abiertamente la posibilidad de que Armando Benedetti, exembajador en la FAO, fuera vinculado nuevamente al gobierno.
“El señor Benedetti debe asumir la responsabilidad de sus actos y retirarse de aspiraciones públicas”, afirmó, recordando las denuncias de violencia de género en su contra. La declaración tuvo un impacto significativo, ya que coincidió con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.




6. Denuncia contra Daniel Mendoza como posible embajador en Tailandia

El 14 de diciembre, Marín rechazó la postulación de Daniel Mendoza como embajador en Tailandia, citando publicaciones en las que este expresó conductas reprochables hacia mujeres y niñas.
“Eso no es amor, es violencia sexual. No se puede tolerar que una persona con este historial represente al país”, sentenció Marín. Finalmente, Mendoza declinó el nombramiento, un triunfo simbólico para la Defensora.




Una gestión independiente en defensa de los derechos humanos

En apenas tres meses, Iris Marín ha demostrado que su liderazgo en la Defensoría del Pueblo está basado en principios y no en intereses políticos. Su capacidad para tomar decisiones independientes y controvertidas ha sido destacada incluso por sectores de la oposición, quienes la ven como un contrapeso necesario en un contexto político polarizado.

Con un periodo que se extiende hasta 2028, Marín parece decidida a consolidar una Defensoría autónoma y enfocada en su misión esencial: proteger a los más vulnerables y garantizar el respeto a los derechos humanos, sin importar las presiones del poder.

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