La relación entre Colombia y Estados Unidos atravesó una tensa crisis diplomática luego de que el presidente Gustavo Petro restringiera el acceso de dos aviones militares con más de 150 colombianos deportados desde el país norteamericano. Este gesto, que se produjo después de un anuncio de fuertes sanciones económicas por parte del gobierno de Donald Trump, dejó en vilo a ambos países.
El gobierno estadounidense había amenazado con imponer aranceles de hasta el 50 % a las importaciones colombianas, además de otras medidas restrictivas. Sin embargo, ante la presión, la Casa de Nariño aceptó los términos impuestos por Washington, comprometiéndose a recibir a todos los deportados sin restricciones.
A pesar de las tensiones, Gustavo Petro compartió un comunicado de la Casa Blanca en su cuenta de X, lo cual fue interpretado por Estados Unidos como una señal de aceptación de las condiciones propuestas por Trump. En ese mensaje, se destacaba que el gobierno colombiano accedió a recibir sin demora a los migrantes ilegales colombianos, incluidos aquellos enviados en aviones militares estadounidenses. Esta acción fue vista como una «capitulación» por parte de Petro, que había lanzado previamente mensajes desafiantes hacia el mandatario estadounidense.
Horas más tarde, Petro eliminó el ‘retuit’ del comunicado, lo que generó aún más incertidumbre sobre su postura. Mientras tanto, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, respaldó la interpretación de un periodista de Fox News, quien consideró que el acto del presidente colombiano indicaba una clara aceptación de los términos impuestos por Trump.
El final de este «impasse» fue anunciado oficialmente por la Cancillería de Colombia, que aseguró la reanudación de la entrada de migrantes ilegales colombianos, marcando un desenlace que evitó la imposición de sanciones severas sobre el país. Durante varias horas, las relaciones diplomáticas entre ambos países estuvieron al borde del colapso, con Colombia enfrentando la posibilidad de ser tratado a nivel internacional como países como Nicaragua, Cuba y Venezuela, conocidos por su distanciamiento de Estados Unidos.
Este episodio no solo alteró la dinámica entre ambos países, sino que también puso en riesgo la visita del presidente Petro a Estados Unidos, así como la de su familia y su equipo cercano, dejando claro el delicado momento en el que se encuentran las relaciones bilaterales.
