En el marco de los actos conmemorativos por los 40 años del Holocausto del Palacio de Justicia, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, realizó un fuerte pronunciamiento sobre los hechos ocurridos en 1985 y la manera como se han relatado a lo largo del tiempo.
“Es doloroso ver que, 40 años después, el M-19 está en el poder”, declaró Gutiérrez en entrevistas recogidas por Blu Radio, enfatizando que el país aún tiene una deuda con la verdad histórica y que las nuevas generaciones deben conocer los hechos sin tergiversaciones.
“Hace cuarenta años, el M-19 generó esta tragedia, donde murieron muchas personas. El problema es que en Colombia los victimarios fueron quienes se dedicaron a contar la historia, y pasaron de victimarios a posar de víctimas. En gran parte, por eso están hoy en el poder”, agregó.
La toma del Palacio de Justicia, ocurrida el 6 de noviembre de 1985, fue perpetrada por 35 guerrilleros del M-19, quienes buscaban exigir el cumplimiento de los acuerdos de paz de 1984 y someter a juicio político al entonces presidente Belisario Betancur. El enfrentamiento entre los insurgentes y la fuerza pública duró casi 28 horas, dejando 94 personas muertas, incluidos once magistrados de la Corte Suprema y del Consejo de Estado, así como un número indeterminado de desaparecidos.
Las críticas se sumaron desde otros actores políticos. El concejal de Medellín, Alejandro de Bedout, recordó la alianza del M-19 con Pablo Escobar, calificándola como “dos caras del mismo odio que bañaron de sangre al país y dejaron miles de muertos, incluyendo jueces, periodistas y policías”. Por su parte, el presidente del Concejo de Medellín, Sebastián López, cuestionó la postura del presidente Gustavo Petro, señalando que “lleva 40 años tratando de justificar lo injustificable” y que pretende “imponer su versión sobre el Palacio de Justicia”.
Durante la conmemoración, familiares de víctimas, organizaciones judiciales y académicos reiteraron la importancia de mantener viva la memoria histórica y garantizar justicia en los casos que siguen abiertos. La sede judicial, reconstruida y renombrada Alfonso Reyes Echandía, se ha convertido en símbolo de resistencia y reclamo de justicia.
La jornada evidenció, además, cómo los distintos relatos sobre el hecho continúan generando tensiones políticas, entre quienes buscan reivindicar a las víctimas y quienes han intentado distorsionar la historia con el paso del tiempo.
