El exnarcotraficante Fabio Ochoa, quien fue figura clave del Cartel de Medellín, regresó a Colombia este lunes, 23 de diciembre, tras ser deportado de Estados Unidos. Su llegada al aeropuerto El Dorado de Bogotá generó una alta expectativa, especialmente por el impacto que podría tener en las políticas de paz del Gobierno y en las dinámicas criminales del país.
En un breve encuentro con los medios, Ochoa se pronunció sobre la propuesta de «paz total» impulsada por el presidente Gustavo Petro, aunque aseguró que no tiene intenciones de involucrarse:
«No he pensado en eso. Soy un hombre de paz, pero no he considerado participar en ese programa», expresó.
Durante la entrevista, negó cualquier culpabilidad en los delitos recientes por los que fue procesado en Estados Unidos, calificándolos como un «montaje judicial». Ante la pregunta sobre si se arrepentía de su pasado, respondió de forma contundente:
«No estoy arrepentido porque este caso me lo montaron. En el pasado me sometí a la justicia, pero esto no es mío.»
Ochoa, quien fue extraditado en 2001 y cumplió una condena de más de 25 años por tráfico de drogas, confirmó que planea radicarse en Medellín junto a su familia. Según información obtenida por SEMANA, su traslado a la capital antioqueña se realizaría en un vuelo privado en la noche del lunes. Hasta el momento, no se han solicitado medidas de seguridad especiales por parte de la Policía Nacional o la Unidad Nacional de Protección (UNP).
Advertencias de las autoridades
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, se refirió a la liberación de Ochoa antes de su arribo al país:
«No podemos permitir que quienes tuvieron poder en el narcotráfico retomen esas actividades. Regresan como ciudadanos normales y esperamos que actúen como tales.»
Por su parte, las autoridades han señalado que monitorearán de cerca las actividades del exnarcotraficante para evitar que vuelva a involucrarse en actividades ilegales.
Un pasado que deja huella
Fabio Ochoa fue uno de los principales aliados de Pablo Escobar y una figura prominente del narcotráfico en América Latina. Aunque se sometió a la justicia en la década de 1990, fue capturado nuevamente en 1999 durante la «Operación Milenio» y extraditado a Estados Unidos, donde fue condenado en 2003.
Con su regreso a Colombia, crece la expectativa en el Valle de Aburrá. Aunque el Cartel de Medellín es considerado extinto, persisten las investigaciones judiciales para rastrear bienes adquiridos ilegalmente durante su época de operación, que podrían estar en manos de terceros.
La llegada de Ochoa abre un nuevo capítulo en la historia del narcotráfico en el país, con preguntas sobre su futuro y el papel que jugará en una Colombia en proceso de transformación.
