Europa enfrenta una ola de calor sin precedentes que ha desatado una serie de crisis en el continente. Las temperaturas extremas están causando un aumento alarmante en el número de víctimas mortales y paralizando diversos sectores económicos.
El calor intenso ha llevado a varias naciones europeas a emitir alertas rojas, y se han implementado medidas drásticas para proteger a la población y mitigar los efectos devastadores. Las autoridades están advirtiendo sobre la urgencia de mantenerse hidratado y evitar exposiciones prolongadas al sol.
Además, el impacto en la economía es considerable. Sectores como la agricultura, la construcción y el turismo están experimentando serias interrupciones debido a las condiciones extremas. Las cosechas se están viendo afectadas, los trabajadores enfrentan condiciones laborales peligrosas y los destinos turísticos están siendo desiertos debido a la ola de calor.
La crisis actual subraya la necesidad de adaptarse a los cambios climáticos y reforzar las medidas de prevención ante fenómenos meteorológicos extremos.
Pistas de aeropuerto afectadas
El aeropuerto húngaro de Debrecen, el segundo del país, tuvo que cerrar temporalmente porque el calor dañó sus pistas. Y la compañía ferroviaria nacional MAV aconsejó a sus pasajeros tomar autobuses con aire acondicionado.
En la vecina Rumania, los cortes de electricidad se multiplican en los hospitales debido a los picos de consumo de aire acondicionado.
Un hombre de 45 años murió debido al calor en la ciudad de Botosani (norte) y en varias ciudades del país se batieron récords de temperatura por la noche, con el termómetro manteniéndose por encima de los 27 ºC.
“Es muy preocupante que las temperaturas no bajen. Si los organismos no tienen tiempo de enfriarse durante la noche, es probable que el número de muertos aumente”, advirtió el profesor Kelman.
Los incendios arrasaron con miles de hectáreas en Macedonia del Norte, Albania y Bulgaria.
Según Hannah Cloke, climatóloga de la Universidad de Reading, “los habitantes de las ciudades europeas tendrán que adaptar no sólo sus infraestructuras sino también sus hábitos hacer frente a olas de calor más intensas en el futuro”.
“En el futuro podría ser casi imposible salir a la calle en determinados días”, advirtió.
Las olas de calor son cada vez más probables y agudas como consecuencia del cambio climático, estiman los expertos.
Europa es el continente que más se está calentando, con temperaturas que aumentan el doble de rápido que la media mundial.
Algunas regiones de Grecia llevan ya más de 10 días inmersas en temperaturas superiores a los 40 ºC.
El calor es tan intenso que la Acrópolis de Atenas, el lugar más turístico del país, ha tenido que cerrar sus puertas varios días, durante las horas más calurosas de la jornada.
El jueves, en el centro de Atenas, Sam Rizek, un mesero de 19 años, intentaba atraer a clientes que buscaban un poco de sombra. “Aquí en Grecia tendremos que acostumbrarnos” a las olas de calor, dijo resignado