El gobierno norteamericano aceptó ayuda de otros países para recibir inmigrantes expulsados de Estados Unidos.
El gobierno de Donald Trump anunció que deportó a cinco inmigrantes de países asiáticos y caribeños a Esuatini, un pequeño país del sur de África, alegando que son “criminales condenados” y sus propios países se niegan a aceptarlos.
El 4 de julio Estados Unidos ya había enviado a ocho inmigrantes en situación irregular a Sudán del Sur, uno de los países más pobres del mundo, sumido en un conflicto, después de que la Corte Suprema le autorizara a hacerlo, tras una larga batalla legal.
El Departamento de Seguridad Interior (DHS) “hoy llevó a cabo un vuelo de deportación a un tercer país, Esuatini”, escribió el propio departamento en su cuenta de X, donde publicó la foto de los cinco deportados, así como los cargos que se les imputan.
Son hombres originarios de Vietnam, Laos, Yemen, Cuba y Jamaica, que según el DHS tienen condenas por asesinato, violación y robo, entre otros.