Además, esta es la historia detrás de cada una de esas familias.
A pesar de ser un país culturalmente diverso y de tener herencia de varias etnias, en Colombia predominan los nombres de ascendencia española, pues los períodos de conquista y colonización hicieron que los europeos registraran a sus sirvientes, los cuales eran en su mayoría indígenas o esclavos afrodescendientes. Tal costumbre de poner nombres, propia de españoles y portugueses, hizo que en Latinoamérica hasta hoy se mantuvieran apellidos de tal naturaleza.
Además de lo anteriormente mencionado, el proceso de mestizaje hizo que se conservara también la genealogía de origen español en muchas de las familias colombianas. No obstante, hay algunas casas que tuvieron mayor presencia desde el inicio, de ahí que haya apellidos mucho más comunes que otros.
Como en muchas otras partes del mundo, los apellidos más comunes en Colombia tienen su raíz lingüística en relaciones familiares, los cuales son conocidos como patronímicos, que detallan de quién se es descendiente.
En español, la mayoría de estos apellidos tienen la terminación -ez (Pérez, López), mientras que en países nórdicos o de origen germánico son frecuentes las terminaciones –son y –sen (Anderson, Christensen)
Por otra parte, hay otros apellidos que tienen su raíz en profesiones, características físicas o nombres de lugares.
Teniendo todo esto en cuenta, la revista Forbes señaló que los diez apellidos más comunes en Colombia son Rodríguez, Martínez, García, Gómez, López, González, Hernández, Sánchez, Pérez y Ramírez.
Rodríguez, como se explicó antes, es uno de origen patronímico, pues proviene del nombre Rodrigo y originalmente se usó para determinar a “los hijos de Rodrigo”. Su frecuencia no es solo en el país, sino que es uno de los más encontrados en toda Latinoamérica y, de hecho, también en España.
Con Martínez pasa algo similar, pues se desprende del nombre Martín, el cual es de origen latín y significa “dedicado al dios Marte”, deidad romana. Se estima que casi 700.000 personas en Colombia lo tienen.
Ya García no es un patronímico, sino que deriva del nombre germano “Gari”, el cual significa ”lanza”. Es posible que haya sido una deformación en el idioma para nombrar a los lanceros. La historia sugiere que es de origen vasco.
Gómez proviene del nombre “Gome”, el cual es de origen germánico y significa “hombre” u “hombre de guerra”. Es decir, es el patronímico que definió a los descendientes de los guerreros en algún momento de la historia.
Con López también se trata de un patronímico, pero este es de origen gallego y se desprende del término “Lope”, que significa “lobo” en algunos dialectos germánicos. Es uno de los apellidos más repetidos en España y América Latina.
González es la definición para “los hijos de Gonzalo”. A su vez, el nombre tiene origen germánico y quiere decir “espíritu de guerra”. Su fuerza lo hizo propiamente común en la península Ibérica y, a su vez, en Latinoamérica.
Hernández viene de los nombres Hernando o Hernán, siendo el patronímico para demarcar a los descendientes de estos. Hernando quiere decir “viajero audaz” o “valiente”, de acuerdo con las lenguas germánicas. A su vez, Hernán significa “ejército bravo”.
Sánchez también es de origen patronímico y se deriva del nombre “Sancho”, el cual en germánico traduce algo así como “santo” o “sagrado”. Tanto el nombre del que se origina, como el apellido resultante son comunes en España.
Pérez proviene del nombre latino Pedro, el cual quiere decir “piedra”, que es uno de los nombres de influencia religiosa, por su presencia en la Santa Biblia.
Ramírez es de origen germánico y proviene de Ramiro, nombre que quiere decir “famoso en la batalla” o “famoso en el consejo”. Siendo ampliamente común en España, llegó a adoptarse en muchas familias colombianas.
Algunos de los apellidos anteriores, además de su raíz etimológica y de su conexión genealógica con España, forman parte de la lista de los que pueden buscar una documentación especial para entrar al país europeo.
Redacción R.S.