En el Gobierno del presidente Gustavo Petro hay molestia por lo ocurrido en la Plenaria del Senado, donde fue elegido Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional.
La elección de Carlos Camargo como nuevo magistrado de la Corte Constitucional, con 62 votos frente a los 41 obtenidos por María Cristina Balanta, significó un duro revés político para el Gobierno y ya dejó sus primeras consecuencias.
El presidente Gustavo Petro, inconforme con el resultado en el Senado, decidió apartar de sus cargos al ministro de Trabajo, Antonio Sanguino; al ministro de las TIC, Julián Molina; y a la ministra de Comercio, Diana Morales.
Con estas salidas, ya son más de 70 cambios ministeriales en tres años de mandato, un hecho que refleja la inestabilidad del gabinete presidencial y que genera preocupación sobre la capacidad de gestión del Ejecutivo.
Aunque el Ejecutivo impulsó la candidatura de María Patricia Balanta, a través de la bancada del Pacto Histórico, finalmente la oposición se impuso y fue derrotado.
La oposición celebró la elección de Camargo como un triunfo de la institucionalidad y la democracia. En contraste, la reacción del presidente con nuevos ajustes en su gabinete se interpreta como un intento por recomponer fuerzas luego del golpe recibido en el Congreso.
Aunque los detalles de fondo aún no se conocen, políticamente la petición de las renuncias se pueden explicar en que Diana Morales, ministra de Comercio, representa a un sector del Partido Liberal que finalmente apoyó a Camargo para la Corte Constitucional.
Antes de referirse a las salidas de los ministros, el titular de la cartera del Interior, Armando Benedetti, publicó un mensaje en su cuenta de X dirigido a Carlos Camargo.
“Felicitaciones a Carlos Camargo por su campaña y su elección como nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Confiamos en que será un fiel guardián de la Constitución. Éxitos”, escribió este miércoles el ministro.