Elecciones en Estados Unidos: Trump y Harris se enfrentan en una batalla decisiva para el futuro global
La elección presidencial en Estados Unidos, que se decidirá como voto a voto entre Donald Trump y Kamala Harris, plantea un escenario cargado de expectativas y tensiones globales. El excanciller colombiano Julio Londoño Paredes asegura que la paz mundial podría depender del próximo inquilino de la Casa Blanca, y sugiere que el impacto de esta decisión trascenderá fronteras, en un contexto internacional cada vez más complicado.
Los presidentes estadounidenses siempre han considerado la política exterior una prioridad, pero el próximo mandatario enfrentará desafíos geopolíticos de una magnitud inusual. La humanidad aguarda expectante el resultado de las elecciones de este 5 de noviembre, un desenlace que, como en 2020, está marcado por una fuerte polarización. En aquella ocasión, Joe Biden y Kamala Harris asumieron el liderazgo en medio de una crisis institucional desatada por las controversias del expresidente Trump.
El próximo presidente deberá lidiar con múltiples conflictos abiertos: la invasión rusa a Ucrania y la reciente intervención de Corea del Norte, que ha decidido enviar tropas para apoyar a Moscú. Esta alianza recuerda al eje de poderes que precipitó la Segunda Guerra Mundial, y plantea una amenaza directa para la OTAN, una organización que Trump criticó abiertamente durante su mandato. En este tenso escenario, el presidente ruso Vladimir Putin podría incrementar la capacidad nuclear de su aliado norcoreano, Kim Jong-Un, quien no oculta sus intenciones de desafiar a Estados Unidos.
Además, el conflicto en Oriente Medio se intensificó tras el ataque de Hamás en octubre del año pasado, sumiendo a Israel en una guerra de múltiples frentes, con el apoyo tácito de Hezbolá y otros grupos. La percepción internacional sobre Israel, que solía ser favorable, ha cambiado ante las denuncias de violaciones de derechos humanos, y su situación parece cada vez más incierta. Para Estados Unidos, un distanciamiento con Israel o Ucrania implicaría ceder terreno geopolítico a Rusia y a otras fuerzas radicales, debilitando su influencia global.
El riesgo de una confrontación nuclear, aunque de baja intensidad, amenaza con llevar al mundo al borde del abismo. Esta es la realidad que afrontará quien gane las elecciones, ya sea Harris o Trump.
China, mientras tanto, actúa como un «tercero en discordia», expandiendo su influencia en el panorama internacional, incluyendo América Latina, y se erige como otro desafío estratégico para Estados Unidos. En este sentido, la relación con Venezuela podría tomar un rumbo más pragmático: a Washington le interesa garantizar el suministro de petróleo y podría priorizar acuerdos económicos sobre temas de gobernabilidad. Esto sería viable siempre que Venezuela mantenga bajo control la migración y no permita la intromisión de Rusia, China o Irán en la región.
Cuba, por otro lado, no parece ser una prioridad en la agenda del próximo presidente. Con un régimen aparentemente estable, la isla no representa una amenaza significativa para los intereses estadounidenses, y ni Harris ni Trump tomarían medidas drásticas al respecto.
Finalmente, los resultados de las elecciones al Congreso, en las que se renovarán la Cámara de Representantes y 34 escaños del Senado, también influirán en la política exterior. En este aspecto, el poder presidencial en Estados Unidos es limitado y depende en gran medida del respaldo legislativo para impulsar decisiones clave.
Respecto a Colombia, se espera que cualquier administración estadounidense continúe con la política de cooperación, enfocándose en la reducción del flujo de cocaína hacia su territorio más que en las estrategias internas de erradicación. Washington estará vigilante para que Colombia no se convierta en una base para el terrorismo, mientras que el Tapón del Darién y la migración hacia el norte seguirán siendo temas sensibles para ambos países.
La elección de este 5 de noviembre será trascendental. La comunidad internacional observa con atención el futuro de la política exterior estadounidense y su impacto en un mundo marcado por la incertidumbre y las alianzas cambiantes.