Las cuentas bancarias del presidente Gustavo Petro, reveladas tras su propio intento por desvirtuar la inclusión en la Lista Clinton del gobierno del presidente Donald Trump, terminaron exponiendo un episodio que hoy sacude a la opinión pública: una visita del mandatario a un club de striptease en Lisboa, Portugal, durante un viaje oficial.
Según la investigación de SEMANA, Petro gastó más de 200.000 pesos en el establecimiento nocturno Menage Strip Club, ubicado en la zona de Cais do Sodré, reconocido por ofrecer espectáculos de bailarinas semidesnudas y servicios orientados al placer masculino. El portal del negocio lo describe como “el club más famoso de la zona”, abierto hasta las 6:00 de la mañana.
La periodista Salud Hernández-Mora visitó el lugar y lo calificó como “sórdido y miserable, que atrae a machistas y pervertidos”, señalando la incongruencia entre la imagen de un presidente que predica “erotismo cultural” y la realidad de un sitio dedicado al comercio sexual.
🔎 Un club de lujo nocturno, oculto tras una carpa roja
SEMANA registró imágenes del acceso al local: una puerta cubierta con una carpa roja y un aviso gráfico explícito de una mujer semidesnuda. Durante el día, pasa inadvertido; en la noche, es epicentro de lujuria, alcohol y cuerpos expuestos al público.
En su página web, el sitio invita a los clientes con frases como:
“Mujeres hermosas poniendo sus cuerpos en movimiento sensual” “Nuestras chicas más calientes están listas para cumplir todos tus sueños” “Actuaciones completas apreciadas desde cualquier punto del club”
Incluso, ofrecen un catálogo de mujeres que trabajan allí, con fotografías en blanco y negro.
🔥 Petro intenta justificarlo con una “reflexión sobre erotismo”
Tras conocerse su ingreso al club, Petro respondió con una frase que generó aún más indignación:
“Hay dos cosas que he aprendido en la vida… a no comprar sexo cuando soy capaz de seducción y poesía. Eso se llama erotismo.”
Este episodio se suma a los ya conocidos lujos pagados en Europa para la primera dama, Verónica Alcocer, en tiendas como Gucci, evidenciados también en sus extractos bancarios.
Mientras Colombia enfrenta escándalos por infiltraciones criminales, crisis de seguridad y corrupción interna, el presidente debía estar trabajando por el país, no ingresando a clubes de striptease en misiones oficiales pagadas con recursos públicos.
