Este lunes 20 de enero, Donald Trump volverá a la Casa Blanca, iniciando su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos. A casi una década de irrumpir en la política, el magnate republicano se presenta con un estilo aún más desinhibido y una promesa clara: implementar deportaciones masivas, perseguir a sus oponentes políticos y consolidar su legado entre los conservadores.
Un líder fortalecido y rodeado de leales
A diferencia de su primera administración (2017-2021), Trump regresa con menos obstáculos en su camino. El Partido Republicano controla el Congreso y su influencia en el movimiento conservador es mayor que nunca, habiendo sofocado las voces disidentes dentro de su propio partido.
“Trump ha moldeado al Partido Republicano a su imagen y semejanza”, señala Jon Rogowski, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Chicago. Ahora, el líder republicano cuenta con el respaldo incondicional de aliados estratégicos, tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Empresarios tecnológicos y líderes extranjeros frecuentan su residencia en Mar-a-Lago, Florida, buscando establecer relaciones con el mandatario. Su victoria en las elecciones de noviembre, tras su derrota en 2020, le ha otorgado mayor aceptación en un espectro político más amplio, según Rogowski.
Una agenda radical: migración, economía y poder
Trump ha prometido endurecer las políticas migratorias, iniciando deportaciones masivas de los más de 11 millones de migrantes en situación irregular. Además, ha señalado a países como México, Canadá y China como objetivos de nuevas sanciones económicas y aranceles, presionándolos para combatir el tráfico de fentanilo y el cruce ilegal de fronteras.
Sus declaraciones también han generado polémica internacional, especialmente por propuestas como anexionar el Canal de Panamá y Groenlandia. Aunque algunos califican estas ideas como meras provocaciones, otros advierten sobre su impacto potencial.
“El carácter de Trump sigue siendo volátil, obstinado y contradictorio”, resume David Greenberg, historiador de la Universidad de Rutgers. Sin embargo, la experiencia acumulada y su capacidad para utilizar tácticas no convencionales lo convierten en una figura aún más impredecible.
Una cruzada contra sus enemigos
El presidente electo ha dejado claro que buscará vengarse de aquellos que considera enemigos. Ha amenazado con procesar a periodistas, medios de comunicación y opositores políticos, mientras insiste en sus acusaciones infundadas de fraude en las elecciones de 2020.
“Trump podría utilizar su administración para desenmascarar y castigar a sus enemigos”, advierte Rogowski. Sin embargo, no se espera que esta sea la prioridad absoluta de su gobierno.
El desafío del tiempo y el futuro del Partido Republicano
Con 78 años, Trump se convertirá en el presidente más viejo en asumir el cargo, superando por unos meses a Joe Biden. Esto plantea preguntas sobre el futuro del Partido Republicano una vez que finalice su segundo mandato, ya que la Constitución le impide buscar un tercero.
“Estamos en plena gira de pretemporada”, comenta Peter Loge, de la Universidad George Washington. “Cuando la temporada comience de verdad, las reglas del juego cambiarán”.
Trump inicia este nuevo capítulo con un panorama político polarizado y una agenda ambiciosa que promete marcar los próximos cuatro años en la historia de Estados Unidos. La incertidumbre, sin embargo, sigue siendo la constante.
