El recién posesionado presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, en su discurso inaugural, destacó una serie de medidas agresivas en su política migratoria, prometiendo deportar a “millones y millones” de migrantes en situación irregular. Trump anunció que, como parte de su plan, enviará tropas militares a la frontera con México para detener la migración ilegal y declaró una emergencia nacional en la región.
En su discurso, el mandatario también señaló que los carteles mexicanos de narcotráfico serán considerados como “organizaciones terroristas extranjeras”, una medida que le permitirá tomar acciones sin la necesidad de la aprobación del Congreso. Trump hizo énfasis en la importancia de asegurar las fronteras del país y proteger la seguridad nacional, considerando la migración ilegal y el narcotráfico como amenazas directas a la integridad de Estados Unidos.
El presidente también presentó un programa de deportaciones masivas, que se centrará principalmente en los inmigrantes con antecedentes penales. Además, reafirmó su compromiso con la política de «Quédate en México», que obliga a los solicitantes de asilo a permanecer en el país vecino hasta su audiencia en las cortes migratorias de EE. UU. Esta política había sido suspendida por la administración de Joe Biden en 2021, pero ahora Trump busca restablecerla.
Trump subrayó que su gobierno implementará una serie de decretos para cambiar drásticamente la política migratoria y abordar lo que calificó como una “invasión” al país. En su declaración, insistió en que Estados Unidos experimentará un “cambio rápido” y que su mandato tiene como objetivo revertir lo que consideró como una “traición horrible” a la nación.
“Se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal y comenzaremos el proceso de devolución de millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde proceden”, afirmó Trump durante su investidura.
Esta serie de medidas, que también incluye la designación de pandillas criminales extranjeras como organizaciones terroristas, se enmarca dentro de su promesa de tomar acciones más severas en la lucha contra el crimen y la inmigración ilegal. El presidente aseguró que su gobierno está comprometido con la seguridad pública y con la protección de los ciudadanos estadounidenses de los grupos más violentos y peligrosos.
Trump enfatizó que su elección fue un mandato para devolverle a Estados Unidos su «fe, riqueza, democracia y libertad», anunciando el fin de lo que consideró un período de declive para la nación.
