En conmemoración del Día Nacional de la Memoria y Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado, la Secretaría de Gobierno de Casanare, la Dirección de Desarrollo Comunitario y los Gestores departamentales de Convivencia y Seguridad Ciudadana, junto con diversas entidades aliadas, llevaron a cabo una jornada cargada de sentido y reconocimiento para quienes han vivido las consecuencias del conflicto armado.
Como parte central del acto simbólico, se sembraron 80 árboles de flor amarillo en un corredor destinado a convertirse próximamente en una nueva vía de tránsito en la ciudad de Yopal. Este gesto representa un homenaje vivo a las más de 80.000 víctimas registradas en el departamento, y busca ofrecer un lugar que invite a la reflexión colectiva y al recuerdo permanente.
“Cada árbol representa a una víctima. La ‘Sembratón de Paz’ no solo transforma el paisaje urbano, sino que también reafirma nuestro propósito de mantener viva la memoria histórica y contribuir con acciones concretas a la construcción de paz”, expresó Jessica Avella, directora de Desarrollo Comunitario.
La actividad contó con la participación de representantes de las Mesas de Víctimas Municipal y Departamental, funcionarios de la Secretaría de Agricultura —responsables del seguimiento a la siembra—, además de delegados de la Defensoría del Pueblo, Corporinoquia y la Policía Nacional, quienes resaltaron la capacidad de resiliencia de las comunidades y la necesidad de avanzar en los procesos de reparación integral.
El acto solemne comenzó en la Asamblea Departamental, donde se realizó una sesión especial en memoria de las víctimas. Durante la ceremonia, se entregó la distinción «Orden al Mérito Presentación Buena Hora» a Carolina Olmos Chacón, profesional reconocida por su labor constante en la defensa de los derechos de las víctimas del conflicto.
Desde el inicio de la actual administración, liderada por el gobernador César Ortiz Zorro, se han puesto en marcha diversas estrategias dirigidas a brindar atención integral a las víctimas. Estas abarcan desde el acompañamiento psicosocial hasta iniciativas productivas y de infraestructura que buscan mejorar las condiciones de vida de las poblaciones afectadas.
El corredor donde se sembraron los árboles será oficialmente nombrado como “Camino de la Memoria” y se integrará al espacio urbano como un lugar para el homenaje, la pedagogía y el encuentro comunitario.


