La Gobernación de Casanare, a través de la Dirección de Gestión del Riesgo de Desastres, informó que la segunda temporada de lluvias del 2025 en Colombia inició esta semana y se extenderá hasta mediados de diciembre, según el IDEAM. Con los suelos ya con altos niveles de humedad, existe la posibilidad de que se presenten fenómenos como deslizamientos, inundaciones, avenidas torrenciales y vendavales. Guillermo Velandia, jefe de la entidad departamental, hizo un llamado a la prevención en todo el territorio.
Asimismo, la NOAA (Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) anunció en su último informe una vigilancia por condiciones de “La Niña”, con un 71% de probabilidad de que se presenten entre octubre y diciembre de 2025. Aunque aún no se cumplen los criterios para declarar oficialmente el fenómeno, las autoridades recomiendan no bajar la guardia y reforzar las medidas de protección en todos los sectores.
Predicción por meses:
Octubre: Se esperan lluvias en niveles normales y por encima de lo normal. La categoría por debajo de lo normal se proyecta en sectores del centro de la región Orinoquía y oriente de la Amazonía, incluyendo algunas áreas de Antioquia, Boyacá y Nariño, con probabilidades entre el 45% y 70%. Las lluvias por encima de lo normal se estiman en amplias extensiones de las regiones Caribe (insular y continental), Andina y Pacífica, con probabilidades entre el 40% y 70%. El resto del país mantendría un comportamiento normal. Noviembre: La categoría por debajo de lo normal se proyecta en el flanco oriental de la Amazonía, con probabilidades entre 45% y 70%. La categoría por encima de lo normal se concentraría en amplias zonas de las regiones Caribe, Andina y Pacífica, incluyendo áreas de la Orinoquía, con probabilidades entre 40% y 70%.
Recomendaciones de las autoridades:
Se aconseja a la población revisar techos, canaletas y sistemas de drenaje, así como elaborar planes comunitarios de emergencia. En zonas rurales y urbanas se insiste en campañas de limpieza de canales, monitoreo de ríos y reforzamiento de viviendas, además de evitar prácticas de riesgo como el baño y paseo en afluentes.