Colombia está de luto. La muerte de Miguel Uribe Turbay estremece el país. Pocas veces tantas personas, de tan diferentes orillas e ideologías, se habían unido para orar por un mismo propósito y rechazar al unísono un acto de violencia, como fue el atentado del pasado 7 de junio que le costó la vida al senador y precandidato del Centro Democrático.
La muerte de Miguel Uribe Turbay es dolorosa, porque —además— evoca una tragedia: el asesinato de su mamá, Diana Turbay, hace 35 años, tras un fallido rescate del ejército. La reconocida periodista tenía 40 años al momento de su deceso, apenas un año más de la edad hoy de su hijo Miguel. El senador deja a un niño de cuatro años, casi la misma edad que él tenía cuando ella se fue.
La salud del senador, que era delicada tras el atentado, se complicó cuando tuvo que ser sometido a una segunda cirugía. “Su condición es extremadamente crítica, caracterizada por edema cerebral persistente y sangrado intracerebral de difícil control […]. La condición del paciente es de la máxima gravedad, continuará su monitoreo continuo con un pronóstico reservado”, había señalado la Fundación Santa Fe en un comunicado.
Reacciones







