Esta semana, la exalcaldesa de Bogotá, Claudia López, sorprendió al país político al salir en defensa del presidente Gustavo Petro, en medio de la controversia por la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de formularle cargos al mandatario por una posible violación de topes en su campaña presidencial.
López, quien durante al menos el último año había sido una de las críticas más duras de Petro, vuelve a asumir un rol de aliada, como lo fue en la campaña presidencial de 2022. En ese entonces, no solo votó por el actual presidente, sino que celebró su victoria y aseguró que lo haría nuevamente si tuviera la oportunidad.
Este giro en su discurso ha generado diversas interpretaciones. Algunos analistas consideran que López está jugando sus cartas con miras a futuras alianzas políticas, mientras que los más pragmáticos sugieren que, de no haber otro candidato fuerte de izquierda, Petro podría apoyar su aspiración sin guardar rencores.
El panorama político parece volverse más complejo, y este movimiento estratégico de López añade una nueva capa de especulación sobre las próximas elecciones.