Las fuertes lluvias en Boyacá y Casanare han provocado deslizamientos de tierra y cierres de carreteras, interrumpiendo gravemente la distribución de productos agrícolas esenciales. Los transportadores, enfrentando estas dificultades, han tenido que recurrir a rutas alternativas más largas y costosas, como la vía Villavicencio-Bogotá, lo que ha generado un notable aumento en los precios de la canasta familiar. Frutas y tubérculos, provenientes de Casanare y Arauca, han experimentado un alza significativa, impactando a los consumidores. Esta situación subraya la urgente necesidad de mejorar la infraestructura vial para mitigar los efectos de eventos climáticos severos y asegurar el suministro constante de alimentos.
Los habitantes de Boyacá y Casanare han visto cómo los precios de productos básicos como el plátano, la yuca y la papaya se han disparado debido a las dificultades en el transporte. Las autoridades y los gremios agrícolas han expresado su preocupación por la falta de preparación y respuesta ante estas contingencias, que afectan directamente la economía local y la seguridad alimentaria.
Las lluvias intensas y los consecuentes deslizamientos no solo dificultan la logística de transporte, sino que también ponen en riesgo la integridad de las vías existentes. Esta problemática evidencia la necesidad de inversiones significativas en infraestructura y en estrategias de manejo de desastres que permitan mantener la conectividad y el flujo de mercancías, incluso en condiciones climáticas adversas.