El depuesto presidente sirio Bashar al-Ásad y su familia han llegado a Moscú, donde las autoridades rusas les han concedido asilo político, según confirmaron este domingo fuentes del Kremlin a la Agencia Estatal de Medios de Comunicación de Rusia e Interfax.
De acuerdo con estas fuentes, el asilo fue otorgado «por motivos humanitarios», subrayando que Rusia «ha apoyado constantemente la búsqueda de una solución política para la crisis siria». Además, el Kremlin instó a que las negociaciones para estabilizar el país se realicen «bajo los auspicios de la ONU», que este domingo reiteró su llamado a evitar la violencia y proteger los derechos de todos los ciudadanos sirios.
Negociaciones en curso y seguridad garantizada
Fuentes rusas confirmaron que ya se han entablado contactos con los líderes rebeldes sirios, quienes habrían garantizado la seguridad de las bases militares y representaciones diplomáticas de Rusia en Siria. Asimismo, destacaron la voluntad de Moscú de continuar promoviendo el diálogo político en beneficio del pueblo sirio y de las relaciones bilaterales entre ambos países.
El Ministerio de Exteriores ruso también indicó que Bashar al-Ásad habría expresado su intención de facilitar una «transición pacífica» para Siria, aunque no se ofrecieron detalles adicionales sobre las condiciones de su partida. Su llegada a Rusia pone fin a horas de incertidumbre tras la caída de Damasco en manos de las fuerzas rebeldes lideradas por el grupo yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) y sus aliados.
Reacciones internacionales: un “día histórico” para Siria
La caída del régimen de Bashar al-Ásad ha generado reacciones significativas en la comunidad internacional. El Ministerio de Exteriores de Francia calificó los acontecimientos como un “día histórico” para Siria, destacando que el fin del régimen pone término a “más de 13 años de represión brutal”. En un comunicado, Francia instó a preservar las instituciones estatales y a respetar la soberanía del país, al tiempo que abogó por una transición pacífica que proteja a todas las minorías.
Reino Unido, a través de su primer ministro Keir Starmer, señaló que los recientes acontecimientos representan un punto de inflexión para Siria. «El pueblo sirio ha sufrido demasiado bajo el régimen bárbaro de al-Ásad. Es imperativo garantizar la seguridad de los civiles y el acceso inmediato a ayuda humanitaria», afirmó.
En tanto, la ministra de Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, consideró que el colapso del régimen de al-Ásad representa un «suspiro de alivio» para millones de personas que han soportado años de abusos y horrores.
Un futuro incierto para Siria
Mientras la comunidad internacional reacciona al cambio de poder en Siria, el destino del país sigue siendo incierto. El papel de Rusia y las negociaciones bajo la égida de la ONU serán clave en los próximos días para definir el rumbo de una nación marcada por más de una década de guerra y sufrimiento.
Con información de AFP y Europa Press.