Investigaciones recientes han revelado que los océanos están cambiando de color como consecuencia de los estragos del calentamiento global que está experimentando nuestro planeta.
Científicos del MIT, el Centro Nacional de Oceanografía del Reino Unido y otros centros descubrieron que el color de estas enormes masas de agua ha cambiado significativamente en los últimos 20 años y es probable que esta tendencia global sea consecuencia del cambio climático inducido por el hombre.
En un estudio publicado en la revista Nature, los investigadores afirman haber detectado cambios en el color de los océanos en las dos últimas décadas que no pueden explicarse únicamente por la variabilidad natural interanual. Estos cambios de color, aunque sutiles para el ojo humano, se han producido en el 56% de los océanos del mundo, un área mayor que la superficie terrestre total de la Tierra.
La investigación descubrió que las regiones oceánicas tropicales cercanas al ecuador se han vuelto cada vez más verdes con el paso del tiempo. El cambio de color de los océanos indica que sus ecosistemas superficiales también deben estar cambiando, ya que el color del océano es un reflejo literal de los organismos y materiales de sus aguas.
«Sabemos que un cambio de color refleja un cambio en el ecosistema, y esta tendencia puede indicar que el ecosistema está desequilibrado”, explicó a Metro Kelsey Bisson, oceanógrafa y profesora adjunta de la Universidad Estatal de Oregón (EE.UU.).
Los científicos analizaron las mediciones del color del océano realizadas por el espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada (MODIS) a bordo del satélite Aqua, que lleva 21 años vigilando el color del océano. MODIS realiza mediciones en siete longitudes de onda visibles, incluidos los dos colores que los investigadores utilizan tradicionalmente para estimar la clorofila.
Las diferencias de color captadas por el satélite son demasiado sutiles para que el ojo humano pueda diferenciarlas. Gran parte del océano parece azul a nuestros ojos, mientras que el color real puede contener una mezcla de longitudes de onda más sutiles, del azul al verde e incluso al rojo.
«Los cambios de color reflejan cambios en el fitoplancton, los sedimentos y las partículas no vivas, y/o los materiales disueltos. La propagación de la luz en el océano influye en la cantidad y la calidad espectral de la luz disponible para la fotosíntesis. El cambio de color que detectamos es pequeño pero significativo y, aunque no será evidente para el ojo humano, refleja un cambio importante en las propiedades del ecosistema. No habríamos podido detectar el cambio sin los datos de satélite, y ahora disponemos de un mapa en el que podemos hacer más zoom para identificar los puntos calientes y las zonas vulnerables para futuras investigaciones específicas.» Afirmó Kelsey Bisson, Oceanógrafa y profesora adjunta de la Universidad Estatal de Oregón, EE.UU.
Redacción P.M